Los ciudadanos perplejos ante la bronca política

La derecha española está empeñada en sacar a Pedro Sánchez del gobierno por medio de la crispación y la bronca permanente. Es el estilo Aznar que inauguró con su “váyase, señor González” y que continuó con Rajoy asegurando también en el Congreso que Zapatero estaba “revigorizando a una ETA moribunda" y que se había propuesto "traicionar a los muertos". Hay que recordar que fue precisamente Zapatero quien acabó con la banda y con el terror de ETA. Desde entonces, el tono no ha dejado de subir, ahora contra otro presidente socialista elegido democráticamente, Pedro Sánchez.

La estrategia es clara: de una parte, intentar ocultar que todos los datos económicos van muy bien en España, que el gobierno aplica medidas sociales y defiende lo público y, de otro, mantener un alto nivel de crispación para tratar de empañar la estabilidad real en nuestro país. 

Ante los ataques permanentes del PP y Vox al gobierno, ya sea con mentiras o con hechos reales de corrupción como el caso Koldo, el PSOE debe responder defendiéndose de las mentiras y demostrando que el PP no es precisamente un ejemplo de comportamiento ni lo ha sido nunca en cuanto a corrupción de refiere. El PSOE saca a relucir otros hechos reales de corrupción del PP o en su ámbito cercano como es el caso de la pareja de Ayuso que defraudó, falseó documentos y mintió a Hacienda, según han asegurado las dos empresas para las que trabajó como intermediario. Ayuso dice que Sánchez busca desestabilizarla a través de su "destrucción personal, cuando el único destruido aquí es él" y se descubre que la pareja de Ayuso habría cobrado dos millones de euros en comisiones por esa mediación en la compraventa de material sanitario durante la pandemia de Covid-19.

La galería que somos todos los españoles observa una bronca subida de tono y, en ese momento, es fácil pensar que todos son iguales. Si Ciudadanos y Podemos siguieran ahí, este sería un buen momento para la cosecha de votos. 

Insistimos, de esta manera, sin diálogo que valga, es un verdadero milagro que España avance como lo está haciendo. Pero la desafección por la política y por los políticos crece cada día.

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