UN DIA COMO HOY DE 1977: Legalización del PCE

Un día como hoy, del año 1977, el Partido Comunista de España vuelve a ser legal en el territorio nacional. Algo que hoy parece de lógica descabellada, en aquel tiempo fue todo un logro para la izquierda, que consiguieron con una maestría inigualable dos personajes: Adolfo Suárez y Santiago Carrillo, haciendo un uso, perfecto y necesario de lo que se conoce con el nombre de “concordia”, esa palabra tan de moda actualmente y utilizada por quien no conoce ni de lejos su significado.

Hace hoy 47 años, el 9 de abril era un Sábado Santo, al que la historia apellidó como “Rojo”. Un día que marcó la diferencia y que supuso un “hecho clave” en la democratización de este país. ¡Quién se lo iba a decir a aquellos que lo consideraban un “partido residual” liderado por Santiago Carrillo en el exilio. Alguien a quien solo se le conocía, en España, por las pelucas que solía ponerse cuando viajaba desde París a Madrid, para no ser reconocido, ya que esto supondría la cárcel.

Para que la legalización del PCE fuera posible, fueron determinantes algunos acontecimientos anteriores, como fueron los asesinatos de los abogados laboralistas de Atocha en Madrid, tan solo unos meses antes, pero sobre todo las negociaciones entre Adolfo Suárez y Santiago Carrillo, para que el PCE aceptara la monarquía y la Constitución española.

La legalización no propició grandes celebraciones, así fue pactado.  Suárez se lo pidió a Carrillo para evitar la provocación de la ultraderecha aunque, de forma pacífica,  los militantes de aquel momento salieron a la calle cantando un poema de Gabriel Celaya que había hecho famoso, meses antes, el cantautor Paco Ibáñez: “A la calle que ya es hora, de pasearnos a cuerpo…”

Esa canción, convertida en himno, sonó como el punto de arranque de lo que fue la “transición política modélica” vivida en nuestro país.

La posición complicada fue para Adolfo Suárez, repudiado por la ultraderecha y condenado por algunos altos cargos militares, que llegaron incluso a dimitir, tras considerar al presidente del Gobierno un “traidor”, porque meses antes había dicho que esto “no ocurriría”, pero es que la transición no era posible sin este paso y el PCE había sido, en los tiempos del franquismo, el partido que más guerra había dado a la dictadura, presente en las huelgas universitarias de 1956,que concluyeron con la dimisión del ministro de Educación, así como en las mineras de Asturias de 1962. Actos que propiciaron el nacimiento de los sindicatos.

Ante la reacción de esos militares díscolos el Consejo Superior del Ejército, lo asumió “por patriotismo”. y, eso sí, Alianza Popular (hoy Partido Popular) y en concreto su creador y primer presidente, Manuel Fraga Iribarne (más papista que el Papa), definió la legalización del PCE como un “Golpe de estado, grave error político y farsa jurídica”. ¿Les suena el vocabulario? Porque aquí es donde se ve claramente que no han pasado 47 años para la derecha española, siguen hablando igual, intentando levantar ampollas dialécticas con mentiras, para volver al pasado político de este país, en el que algunos “vivían mejor”.

Tan solo dos días más tarde, de la legalización del PCE, Santiago Carrillo, volvía de su exilio y meses más tarde (en junio) se celebraban las primeras elecciones democráticas tras la dictadura, en las que el PCE consiguió 20 diputados y 5 senadores.

Entre esos 20 diputados estaban el propio Santiago Carrillo. La incombustible Dolores Ibarruri “La Pasionaria”. El poeta Rafael Alberti. El creador del sindicato CCOO y su primer secretario general, Marcelino Camacho. El eterno diputado Ignacio Gallego. El toledano Simón Sánchez Montero. Uno de los padres de la Constitución española de 1978, Jordi Solé Tura o el archiconocido Ramón Tamames al que tuvimos que ver unos lustros después, defendiendo una moción de censura propuesta al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por la ultra derecha.

El resto de la historia del PCE ya la conocemos. Un partido que mantuvo siglas e ideario durante más de 40 años de dictadura franquista, pasó a integrarse en 1986 en Izquierda Unida (IU) y en 2016 en Podemos. Puede que estos datos expliquen la razón por la que el PCE contaba con más de 200 mil militantes en 1977, coincidiendo con su legalización y hoy apenas cuente con 10 mil.

P. Moratilla