Felipe González entra en la campaña a las europeas en contra del PSOE de Pedro Sánchez

El primer día de campaña a las elecciones europeas, buena parte de los comentarios de los votantes de la derecha han ido dirigidos en forma de elogios a Felipe González por su actuación en El Hormiguero. Como era de esperar, el ex presidente del Gobierno y ex secretario general del PSOE utilizó la mayor parte de su tiempo en criticar a Pedro Sánchez, su actual líder en caso de que González siga perteneciendo al PSOE. 

Es la sospechosa tónica general de las intervenciones públicas de González: atacar a Sánchez. Parece que a González no le preocupan tanto otros temas como el avance de la ultraderecha en España y en Europa o el secuestro durante más de cinco años por el PP del Consejo General del Poder Judicial incumpliendo la Constitución. González coincide con la derecha en temas como el genocidio en Gaza y contra la decisión del gobierno de España de reconocer el Estado Palestino.

Hay que preguntarse pues qué intereses defiende el ex líder del PSOE al que hay que recordar que también la derecha le despidió de la política con gran ruido y aquel “Váyase, señor González” que reiteraba en sus intervenciones José María Aznar.

Parece que Felipe González no ha asimilado nunca la derrota de Susana Díaz frente a Pedro Sánchez que llegó a la secretaría general del PSOE por el apoyo de los militantes del partido. Tal vez porque con Susana, González pudiera mandar en el PSOE por la puerta de atrás, igual que ahora mismo hace Aznar con el PP por todas las puertas. 

Las permanentes críticas monotemáticas de Felipe González contra Sánchez en temas como la amnistía parecen obviar algo que él mismo conoce de sobra en la vida política y es que alrededor de un mandato suceden muchas cosas y que en ocasiones es preciso cambiar de opinión para conseguir un bien mayor como él mismo hizo con la entrada de España en la OTAN, en un giro inesperado que provocó la dimisión del ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán.

Durante la presentación del libro ‘Zapatero, el legado progresista' de Manuel Sánchez, el ex presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, dejó entrever que no compartía la Ley de Amnistía, aunque añadió que “prefiere discrepar de forma silenciosa para que sus palabras no sean utilizadas por los adversarios de su partido para hacer daño al Gobierno". También criticó explícitamente que algunos socialistas salgan a la calle a manifestar sus discrepancias con el partido asegurando que no lo comprende: "A mí me duele cuando tengo una discrepancia y, hasta ahora, quizás una lealtad malentendida pues me lleva a que mi queja sea silenciosa".

Tampoco Felipe González apoyó con sus palabras al expresidente Zapatero que, muy al contrario, demuestra en cada una de sus intervenciones, con argumentos socialistas, su apoyo incondicional al PSOE.

Y todo ello sin dejar nunca de reconocer el excelente trabajo que realizó por España Felipe González cuando fue presidente del Gobierno.

elObservadorDCLM