De Nacho Cano a Abascal pasando por Feijóo: NO SON NADA

Parece que ser amigo de Ayuso te permite cometer ilegalidades e incluso salir con toda la prepotencia del mundo insultando a la policía que cumple con la legalidad y con su trabajo. Ser del clan de Ayuso te confiere una serie de privilegios, entre ellos lanzar el mensaje de que cometer una ilegalidad es una persecución política.

Una persecución política es la que realizó el gobierno de Rajoy, utilizando a la llamada “policía patriótica del PP” que espió a 69 diputados de Podemos a través de las bases de datos del Ministerio del Interior.

Esta derecha española que se toma el mundo por montera torera, que cuenta con jueces perseguidores que ven con lupa la paja en el ojo del prójimo político ocultando la viga en el propio partido que les ampara, viene a demostrar cada día que la desfachatez de los fachas es infinita. 

Desfachatez es falta de respeto y de vergüenza. Con toda la prepotencia y el desprecio que les caracteriza se pasan por el forro la dignidad, la sensibilidad y los derechos de las personas a las que tratan de forma despectiva. No dudan en humillar y poner en evidencia su desprecio, situándose por encima del resto, con un halo de impunidad arrojadiza y, por supuesto, altanera. Eso es lo que proyectan, su ejemplo. 

Aquello de la “policía patriótica” era la viga de un mundo paralelo en el que se filtraban sin consecuencias las conversaciones públicas de la expresidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores Cospedal, con el comisario Villarejo en las que hablaban de laminar a Bárcenas y arrebatarle de la forma que fuera, cura falso incluido, chófer pagado incluido, la famosa “libretita” en la que el extesorero del PP apuntaba entradas y entregas de dinero negro a cargos de Génova y expresaban claramente la apremiante necesidad de eliminar también el resto del material que acreditaba la implicación de altos cargos “populares” en la trama corrupta que se extendió durante casi treinta años, según sentencia de la Audiencia Nacional. 

A primeros de este año, Canarias tenía bajo su tutela a 5.700 menores no acompañados. Lo que para esos niños es un drama, para ellos es otro festival político. Las propuestas de la derecha no tienen desperdicio: ¿qué propone el PP, que propone Abascal que haga España con los menores inmigrantes que llegan solos a nuestras costas?: ¿El ejército?; ¿de verdad que los menores inmigrantes van a conseguir que Vox rompa sus gobiernos con el PP y, lo que es más improbable, que dejen sus cargos en las regiones donde cobran sus sueldos, aunque no creen en el Estado de las Autonomías? PP y Vox se terminarán inmolando en sus propios laberintos.

Son egoístas, no tienen conciencia, son insolidarios y van a lo suyo que es arrastrar conciencias egoístas y dormidas a su causa. Pero no son nada, no aportan soluciones reales, no están aquí para trabajar para mejorar nuestro futuro: no son nada más que unos caraduras.  

elObservatorioDCLM