No queremos alejarnos de Mateo

No cabe en la cabeza, se bloquea, parece incomprensible que un ser humano, un hombre, mate a un niño de 11 años. El niño se llamaba Mateo y estaba jugando al fútbol con sus amigos en el pueblo toledano de Mocejón. El hombre se acercó y le clavó una navaja. Nos invade la tristeza, el deseo de que el criminal sea detenido cuanto antes. Pensamos en su familia, en sus amigos, tratamos de buscar un motivo para que un ser humano acabe con la vida de un niño absolutamente inocente. Pensamos en las redes que incitan al odio, en la cantidad de gente contaminada por ese odio. Pensamos en la insensatez de las personas, muchas veces políticos, que incitan deliberadamente a estados permanentes de crispación. Pero no queremos alejarnos de Mateo. Tampoco cuando nos cuentan que Benjamín Natenyahu, este sí con nombres y apellidos, carga ya con la muerte de 17 mil niños en Gaza. También absolutamente inocentes. No somos capaces de asimilar la muerte de 17 mil niños, pero nosotros no queremos alejarnos de Mateo. Mucha paz y mucho ánimo para sus familiares, sus amigos y todo el pueblo de Mocejón.

También estamos cerca de la niña de 17 años asesinada por su padre en Otero, también en Toledo. Su madre aún está grave en el hospital. A ambas las disparó el compañero sentimental de esta que al parecer intentaba huír del agresor. En lo que va de año, nueve menores han sido víctimas mortales de la violencia vicaria machista; 62 desde que existen datos, en 2013. Y desde enero, han sido 29 las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas.

elObservatorioDCLM