El desencanto de mi amigo friki

Descifrar el actual mundo político no es tarea sencilla ni muchas veces grata. Tengo un amigo que se manifiesta “friki” de la política y me comenta que a veces le dan ganas de volver al río a cazar ranas como cuando era pequeño. Quizá porque no cazaba ninguna se decidió a interesarse por la actualidad y poco a poco fue cultivando su conocimiento de la política. Su visión social y solidaria del ser humano le acercó más a la izquierda, siempre tuvo claros sus objetivos y el destino de sus votos.

Mi amigo no ha cambiado porque cuando se atesora una ideología firme es fácil seguir la estela de los diversos intereses, la derecha y la ultraderecha se acercan a los ricos y la socialdemocracia y la izquierda hacen todo lo posible por abrir un poco más el abanico de personas a las que amparar desde un gobierno.

Ahora nada ha cambiado, las derechas siguen siendo las derechas y las izquierdas, las izquierdas. 

Pero el panorama se ha enrarecido con la llegada de las redes sociales, al tiempo que los partidos políticos de la derecha han dejado de simular que intentan mejorar la situación porque cada día resulta más obvio que su único objetivo es llegar cuando antes al poder.

Esta batalla política se desarrolla en medios de comunicación a través de titulares diarios, tertulias, entrevistas y en los últimos años también en el terreno de la justicia con minúsculas. Jueces que toman parte por una formación y entran también en la batalla política por echar o derrocar al Gobierno legítimo.

Todo esto es comprensible pero además se ha introducido la difusión de un ambiente muy negativo para dar la idea de que en España todo va muy mal y que es preciso cambiar de Gobierno. Los problemas que surgen se utilizan y, lo que es peor, se amplifican complicando dar soluciones rápidas para resolverlos. Los problemas enquistados interesan mucho más que las soluciones, léase conflicto catalán o inmigración.

Si a este panorama unimos los chantajes de los nacionalismos para entregar sus votos, el egoísmo y el frentismo reinante además de personalismos de políticos que hacen la guerra por su cuenta, mi amigo el friki termina entendiendo su pereza, el auge de los ultras, de los alvise y de cualquiera que consiga simplificar un mensaje relativamente directo y fresco. Aunque se trate de otra milonga argentina para conseguir votos.

elObservatorioDCLM