Page, en el laberinto

Es fácil entrar en el laberinto, sobre todo cuando te empujan pero luego las cosas se complican, ya no hay vuelta atrás y no parece fácil encontrar la salida más airosa a no ser que una bella Ariadna se quede prendada y te preste un buen hilo. 

Nunca como ahora la política nacional se había convertido en un lodazal intrincado lleno de astucias y de trampas. Nunca como ahora la primera línea es una línea de fuego y quién la alcanza queda expuesto a las balas dialécticas y también jurídicas que vuelan en todas direcciones.

Emiliano García-Page lleva un tiempo pisando la escena y ya es plenamente partícipe de la polarización que el mismo criticó porque aleja cualquier posibilidad de diálogo y de acuerdo. Aludiendo siempre a la defensa de Castilla-La Mancha, Page se ha enfrentado con su propio partido y con el PP que le reclama dar un paso más allá de las críticas a Pedro Sánchez en temas como la amnistía o el cupo catalán. En varias ocasiones, las opiniones públicas de Page han coincidido con al argumentario de la derecha contra el gobierno, algo que no ha gustado a socialistas del terreno ni a líderes del PSOE en la región que se guardan mucho de manifestarlo e incluso de pensarlo. Es obvio que a la derecha le interesan las críticas de Page pero tampoco están satisfechos y en el PP suben el tono hasta que Tellado ha llegado a pedirle que rompa ya con “el puto amo”, es decir con Pedro Sánchez. 

Como político y como persona Page fue siempre alguien cercano, amigo de todos, una cualidad que le ayudó a ganar elecciones. Ahora, Page se encuentra en medio del laberinto, expuesto a ese fuego cruzado y con menos amigos que antes. 

Se especula y se desconoce si existen objetivos de Page más allá del Tajo y más allá de esa defensa de los intereses de la región. Se especula y se desconoce si Page seguirá optando al liderazgo del PSOE en la región o si Sánchez le tiene ya preparado un o una sustituta que pugne con él o contra él.

Algunos de sus viejos amigos y compañeros de ideas, a los que Page ya no habla ni contesta al teléfono, piensan que alguien o algunos le han conducido y le han empujado al laberinto, que le enconan contra compañeros y compañeras del partido que podrían expresar o contrastar abierta y sinceramente sus opiniones.

Siguiendo el mito del arquitecto griego, no es fácil saber quién es el minotauro al que pretende abatir Page y si está a la derecha o a la izquierda del dédalo. Ojalá encuentre una Ariadna que le entregue un hilo firme y suficientemente largo que le ayude a salir del laberinto si consigue acabar con el monstruo mitológico, mitad hombre y mitad toro.

elObservatorioDCLM