Se prepara la salida de Cospedal de Castilla-La Mancha

Y es que Cospedal ha empezado a ser un grave problema para el Partido Popular, consciente de que su nivel de aceptación en nuestra Región y en el resto de España ha caído en picado: ni siquiera los que "viven de ella" en nuestra Región hablan bien de la presidenta. Aún se mantiene un cierto respeto derivado de su poder y de su carácter autoritario pero en la mayoría de los cenáculos no sale bien parada, todo lo contrario. Nos referimos a altos cargos, a las cabezas pensantes del PP en Castilla-La Mancha, a los militantes, simpatizantes y los votantes del PP. Y lo que es peor: las finas antenas de los empresarios detectan que Cospedal ya no es la apuesta de futuro.

En las camarillas del PP en Toledo piensan que ha dilapidado la confianza que consiguió el partido tras tantos años intentando en vano arrebatar el poder y que ya va a resultar imposible recuperar el cariño que nunca se ha ganado de los castellano-manchegos. Todo lo contrario, su lejanía con los habitantes de nuestra ciudades y en el mundo rural se acrecienta cada día.

Ahora aumentan también las sospechas de que acudió con ventaja a la campaña electoral y se ha constatado que, además de no cumplir sus promesas y sus "contratos" para dar un puesto de trabajo por cada voto recibido, ha entrado en la Región como elefante en una cacharrería, desmantelando y restando la presencia y el respeto que Castilla-La Mancha había conseguido en veinte años. Y eso sin hablar de nuestros hospitales, nuestra enseñanza y nuestros servicios sociales. Castilla-La Mancha ha sido su plato de segunda mesa pero también en la primera mesa están deseando que desaparezca como comensal.

Porque en la cúpula del PP están convencidos de la más estrepitosa derrota de Cospedal en caso de presentarse como candidata a las elecciones de 2015 en Castilla-La Mancha. Tanto que, en este momento, Cospedal sería la candidata preferida por la oposición. Su gestión del Caso Bárcenas ha sido desastrosa y lo único que le salva es que ha debido cargar con el peso de llevar a la opinión pública lo que le han trasladado en cada momento desde la cúpula del partido. Cospedal se ha convertido en la portavoz de una complejísima tarea de dar credibilidad a lo increíble, de variar estrategias una vez que las anteriores eran superadas por los hechos o las nuevas revelaciones.

Pero ella también ha levantado mantas de fango por su propia iniciativa, desde su famoso "cada cual aguante su vela", una forma de intentar desmarcarse de responsabilidades y echarlas en las espaldas de otros compañeros de su partido; sus frases mil veces repetidas con guasa en las redes sociales y, en particular, su empecinamiento en demandar a Bárcenas para "defender su honor" que desembocó en el famoso juicio de Toledo y la frase lapidaria del ex gerente: "fue esta mano la que entregó los sobres a Cospedal". Para muchos dirigentes del PP, el juicio de Toledo sobraba en medio de una estrategia general de silenciar al máximo en los medios el Caso Bárcenas. Para colmo, su abogado tuvo que retirar la demanda contra El País una vez que Bárcenas asumió ser el autor de las famosas fotocopias de la contabilidad en B que Cospedal aseguró eran falsas.

El diagnóstico está hecho, los enemigos y enemigas de Cospedal en su partido ya lo han debatido en rincones y en salones pero el problema es decidir qué hacen con ella. Porque tampoco quieren ver a Cospedal como ministra aunque tal vez sí en un ministerio de poca importancia. Sin embargo los comentarios sobre esta posibilidad y la de colocarla en otros cargos se han disparado también: "A esta la metemos en un rincón y es capaz de reunir lo necesario para crear un arma política de destrucción masiva; pero eso es lo que ya está haciendo como secretaria general...".