Echániz comunica a Cospedal que dejará la política tras las elecciones

No ha muerto de éxito en su gestión ni le importa al lenguaraz consejero de Sanidad, José Ignacio Echániz. Su forma de trabajar ha sido tan calamitosa, tan prepotente y tan alejada de la sociedad que se ha saltado tres pueblos la línea roja que señaló Cospedal.

Desde que Castilla-La Mancha es autonomía, a juzgar por lo que nos cuentan los profesionales de la medicina, nunca nadie lo hizo tan rematadamente mal, poniendo contra las cuerdas la salud de los castellano-manchegos. Pues bien, cuatro años de experimentos, de falta de sentido común, de miopía profesional y política le han hartado hasta el punto de, según ha sabido dclm.es, ha comunicado a la presidenta Cospedal su intención de dejar la consejería una vez terminada la legislatura.

¿La razón? Echániz da por concluido su paso por la política gane o pierda el Partido Popular, que no es una cuestión de votos. A la presidenta le ha agradecido la confianza que ha mostrado en él, la paciencia con la que ha aguantado las criticas que le llegaban por culpa de su consejero y su apoyo ante los embates que le han propinado los políticos del núcleo duro de su partido, que una y otra vez acudían a Cospedal pidiéndole su cese.

El camino que comenzará tras destrozar la sanidad castellano-manchega va en dirección a la empresa privada, donde ha hecho muchos amigos y donde, seguramente, alguno se lo quiera agradecer. “Es tiempo de recuperar el tiempo y el dinero que ha perdido como consejero”, nos dice una fuente cercana que nos cuenta que en la consejería ya se le da por amortizado.

Qué se lleva y qué nos deja Echániz

A juzgar por lo que él mismo le dijo a la presidenta Cospedal, se lleva la experiencia en un cargo político de primer nivel y el aprendizaje que ha hecho. Además, añadimos nosotros, los múltiples contactos con empresas y empresarios con los que ha confeccionado una magra agenda de oportunidades para el devenir cercano.

Se lleva también, según cuenta a dclm.es un político de nivel del PP, a todo su equipo de técnicos, que tantos quebraderos de cabeza y enfrentamientos le han dado con su forma de gestionar la sanidad. Y se los lleva, no porque se vayan con él a la empresa privada, si no “porque serán cesados en su mayoría”.

Y en el capítulo de lo que deja en Castilla-La Mancha: listas de espera, querellas por doquier de familiares operados en otras comunidades “de aquella manera”, dependientes abandonados a su suerte, reducción de médicos, falta de inversiones. En resumen, la sanidad patas arriba y a punto de explotar.