"No hay forma de ser libre si no hay formación y formar es enseñar a pensar"

Educador, pensador, humanista, Julio García-Casarrubios reflexiona en una conversación con DCLM sobre la Educación destinada a enseñar a pensar: “Saber mucho de las estrellas, de biología submarina, o de las teorías sobre la entropía de Rudolf Clausius, no implica necesariamente, saber relacionarse con los demás, comprender lo que pasa a su alrededor, tener capacidad de escuchar y debatir, saber reaccionar ante situaciones inaceptables...”

¿Ha tenido ya tiempo para salir del pasmo que le ha causado la victoria de Trump en EEUU?

No he salido del pasmo, pero creo que no es cuestión de tiempo, es cuestión de pensar y dar con la clave. No estamos acostumbrados a pensar. El sistema en el que nos han embarcado no da opción a pensar. Nos lo han dado todo masticado. Se ha extendido la idea de que nuestra opinión no sirve para nada, porque a la postre van a hacer lo que quieran.

¿Qué papel tiene la enseñanza para evitar la fiebre del populismo?

El principio fundamental de la Educación es hacer al hombre más libre, y no hay forma de ser libre si no hay formación. Los poderes que controlan, o pretenden controlar a la sociedad nos han imbuido la idea de que formar al alumno es enseñarle muy bien el teorema de Pitágoras, los ríos de España o la metamorfosis del camaleón.

Nos han engañado. Formar es enseñar a pensar e inculcar la costumbre de pensar. Esto estaba muy bien diseñado en la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Pero alguien tuvo miedo de que la sociedad pensara, y la quitó. Hay sectores de la sociedad empeñados en que no pensemos.

Pero da la sensación que incluso personas formadas, educadas, cultas terminan cayendo a la trampa del populismo que intenta captar el interés de los descontentos para luego no resolver sus problemas...

No. No hay contradicción. Vuelvo a lo de antes. Saber mucho de las estrellas, de biología submarina, o de las teorías sobre la entropía de Rudolf Clausius, no implica necesariamente, saber relacionarse con los demás, comprender lo que pasa a su alrededor, tener capacidad de escuchar y debatir, saber reaccionar ante situaciones inaceptables.

¿Usted insiste en que la mejor barrera contra el populismo de cualquier ideología es la educación? ¿Cuál ha sido su experiencia en este sentido durante los muchos años que se ha dedicado a esa tarea?

Me acuerdo un día que estaba en un aula con alumnos de octavo de EGB. Y les señalé las dos puertas que teníamos, y les propuse: Podéis salir por la puerta que queráis, tenéis libertad total. ¿Sabríais elegir que puerta usar en este momento? Si. Porque sabéis donde conduce cada una de esas puertas. Pero suponed que estáis en un lugar desconocido. No sabéis lo que hay detrás de cada una de esas puertas. Por mucha libertad que yo os de, no sois libres, no podéis serlo.

Para ser libre, hay que conocer las opciones, estudiarlas, y pensar lo que conviene. Pretendía con aquel diálogo demostrarles que era necesario estudiar, tener formación, no obrar nunca sin pensar. Hay que enseñar, no a que se sepan los ríos de España de memoria, sino a descubrir, investigar, buscar las fuentes de información para saberlos cuando los necesite. Siempre les insistí mucho a mis alumnos en la necesidad de observar a su alrededor, de aprender muchas cosas; que cuanto más avancemos en ese sentido más libres seremos. Le habremos quitado la capacidad de engañarnos a todo aquel que lo intente.

Pero la Educación no es solo la mejor barrera contra el populismo, también contra las tropelías que se están cometiendo por los mercados financieros, por los enormes poderes sin saber siquiera cómo y cuándo lo hacen...

Es que lo principal es lo segundo, porque si sabemos enfrentarnos a las tropelías los populismos no llegan. Los populismos llegan porque antes hay quienes han estado sembrando injusticias., desigualdades y corrupciones. Es el terreno mejor abonado para que aparezcan los populismos. El populista es el “aprovechao” que piensa: esta es la mía, a río revuelto, ganancia de pescadores.

¿Piensa en este sentido que hemos entrado en una nueva era como lo fue la industrialización y que aún no hemos encontrado instrumentos para contrarrestar sus actividades?

Este es otro tema, pero también es verdad. Nos ha tocado vivir las consecuencias de una mala administración de los avances en la comunicación y las nuevas tecnologías. Pero ojo: no solo es necesario adaptar la sociedad a estos nuevos tiempos hay que adaptar antes los sistemas educativos. La información y las nuevas tecnologías son, deben ser, el centro sobre los que deben pivotar la reforma educativa y las estructuras laborales.

¿Y no será al fin y al cabo que el mundo está ahora dirigido por ese uno por ciento que es dueño del 99 por ciento de la riqueza?

Por supuesto. Ahí está el origen de todos los males. La globalización que debería ser la causa, la herramienta, para una sociedad más justa, para un desarrollo mucho más extendido, algunos, muy pocos, la han aprovechado para todo lo contrario. Ese uno por ciento ha tomado las riendas del mundo entrometiéndose en el mundo de la política. Se han camelado al sector político con tentadoras prebendas y los están utilizando para sus intereses. Mientras la política no se haga con las riendas, y tenga la fuerza de controlar los poderes financieros seguirá habiendo tropelías y populismos.

¿Por qué no se rinde?

Estuve oyendo a una de las mentes más lúcidas y honestas de nuestra historia reciente. El profesor Federico Mayor Zaragoza, decía que todos los que tengamos oportunidad, desde cualquier posición, tenemos la obligación de decir “Esto no puede ser”. No puede ser que nos gastemos más en armas que en ayuda al desarrollo. No puede ser que nos gastemos más en procedimientos para no dejar pasar a los refugiados que en ayudarles. No puede ser que con el dinero de todos, y a costa del empobrecimiento, se preste ayuda a quienes han provocado la crisis. No puede ser que se favorezca al poderoso mientras se castiga al débil.

Tenemos la obligación de dotar a las generaciones que vienen de los resortes educativos necesarios para que se formen, que aprendan a pensar, y a ser conscientes de que no es tolerable lo que está pasando. “Esto no puede ser” “Así no podemos seguir mucho tiempo”. Por algún sitio reventará. El fenómeno Trump es una de esas reventadas.

César Ortega. DCLM