Emiliano García-Page, una llave sin puerta a la sombra de un granado

Igual que el judío errante, como aquellos personajes de nuestra historia, árabes conversos que habían sido expulsados de sus casas toledanas donde florecieron los granados y cantaron las fuentes, atesorando una llave que se quedó sin puerta, sin fuente y sin palacio. Tal vez convencido de que sólo tiene que estar en la sombra, dormitando para que la reconquista le llegue caída del cielo de la crisis, el líder socialista de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, parece haber perdido su antigua sagacidad, su talento, su capacidad aglutinadora y carismática. Su empuje.

Con algún atisbo de oposición inteligente y decidida, el PSOE parece globalmente perdido, paralizado, consciente de que necesita un líder nacional que devuelva la ilusión a sus votantes, que sepa buscar su hueco, la complicidad con miles de personas, la riada de descontentos con los que parecen incapaces de conectar.

En Castilla-la Mancha, el PSOE no ha sabido cohesionarse tras la última debacle electoral. Tiran con fuerza del carro los socialistas en Ciudad Real, Cuenca y parte de Guadalajara. Allí sus líderes y muchos alcaldes sí han sabido conectar con el descontento y las protestas. Se nota una ebullición que parece casi inexistente en otras provincias, particularmente en Toledo donde da la sensación que los socialistas trabajan en coalición con el Partido Popular. Es el caso de la Diputación donde la oposición brilla por su ausencia, transmite inquietantes sensaciones de acomodo institucional.

Tal vez el error sea pensar que Cospedal se lo está poniendo muy fácil con sus desdenes a nuestra región, con sus inmisericordes recortes, los despidos de miles de trabajadores, su escasa vocación por Castilla-La Mancha. Pero, antes de tres años, llegarán de verdad los brotes verdes y ¿no sobrará con que Cospedal haga un guiño, que abandone esa política de venganza y de soberbia en que la instalaron para justificar los recortes y otra sonrisa menos forzada y cautivadora aparezca en todos sus medios de comunicación? ¿Quién, de entre los pocos que aún no lo han hecho, no se rendirá a sus encantos?

Perdido entre veleidades de liderazgo nacional, García-Page no da señales de aportar, de forma decidida, su probada inteligencia, su apuesta por Castilla-La Mancha, aquellas propuestas que serían capaces de destacar, aún con todos los medios en su contra.

Mucho tendrá que bruñir la vieja y herrumbrosa llave para que encuentre la puerta de la región, de la ciudad, de la casa perdida a orillas de un río que un día prometió limpiar.

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