Los que mecen la cuna de los mecenas: con su pan y sus paraísos fiscales se lo coman

Algunas de las últimas actuaciones del gobierno y del Partido Popular vienen a refrendar algo que muchos sospechábamos: quieren dejarlo todo atado y bien atado para que las clases poderosas a las que pertenecen y, sobre todo, a las que sirven mantengan en el futuro el control económico, político y judicial.

Subrayaremos dos últimos episodios. El primero, la venta de viviendas sociales donde ahora viven ancianos y familias necesitadas de Madrid a una empresa, Renta Corporación, a la que pertenece el marido de Cospedal, López del Hierro. Según varios indicadores económicos, la empresa no pasa por sus mejores momentos pero sí va a poder desembolsar unos millones de euros para realizar una compra excelente, un buen negocio: pisos en el centro de Madrid, rehabilitados con dinero público, por menos de 160 mil euros cada uno.

Al margen del asunto del marido de Cospedal, es significativo cómo el gobierno y el Partido Popular aparentan en su declaraciones beneficiar a los más necesitados y, por el contrario, nos dan cada día pruebas reales de todo lo contrario. No en vano, la ideología de esa rancia derecha está llena de supuestas convicciones religiosas, de una elevada moral; por cierto, se echa de menos un posicionamiento claro y rotundo de la Iglesia en estos casos y en otros como los desahucios. Todas estas buenas personas están perdiendo una gran oportunidad de ponerse del lado de los desfavorecidos que, con estas medidas, pasan a ser mucho menos favorecidos o, más bien, apartados como si se tratara de morralla social a la que se puede machacar una y otra vez, sin escrúpulos. Ni moral: ¿no son fervientes antiabortistas? Pues sólo hay que recordarles que estas personas y los millones de parados también nacieron algún día y también merecen el amparo que sólo parecen dar a los que mecen la cuna de los mecenas.

En el mismo sentido van las medidas de Ruiz-Gallardón, otra buena persona a la que ha enmendado la plana hasta su buen amigo Bono con el anuncio de una intolerable subida de tasas en la justicia. Bono ha dicho que entendería una subida de tasas para los más ricos y esa podría ser la solución o la deriva de no ser por la política recurrente de machacar a quien menos tiene: sólo los que tengan dinero y puedan pagar buenos abogados podrán pagarse la justicia. Y eso de "pagarse la justicia" suena ya bastante extraño en una democracia, en una sociedad europea del siglo XXI. Otros no podrán permitirse los recursos y nunca sabrán si les hubieran dado o no la razón en otra instancia a la que no han podido apelar.

El PP, el gobierno de Rajoy y el de Cospedal, están apretando demasiado las clavijas a las clases más desfavorecidas entre las que antes no se encontraba la llamada clase media.

Con su pan y con sus paraísos fiscales se lo coman. En otros tiempos de la historia, cuando sucedían hechos similares, también se mencionaban las guillotinas.

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