La sombra de la duda y la luz de la sospecha: Yo te financio y, cuando llegues al poder, tú privatizas

La sombra de la duda va dando paso a la sospecha de la verdad. El episodio de corrupción descubierto en el Partido Popular no es más que la última pieza de un puzzle, ahora sencillo de armar y que podría definirse en estos términos: el Partido Popular fue creando durante años un pacto de negocio mediante el cual recibía suficiente dinero para financiarse con holgura, llegar al poder y, una vez en el gobierno, a cambio de esas donaciones, dar un golpe de timón y favorecer el negocio de sus benefactores. Es una forma de vender la patria o el patrimonio. Dicho con un ejemplo claro: yo te financio y, cuando llegues al poder, tú privatizas la sanidad, aplicas una reforma laboral o nos vendes montes públicos, entre otros. Cospedal fue una decidida avanzada en aplicar esta práctica nada más llegar al poder en Castilla-La Mancha. Por eso no podían aplicar su programa electoral porque su "deber" era otro. Deber de deuda en este caso.

No hay que ser muy lince ibérico para descubrir esta gran trama que favorece los intereses de un puñado y perjudica los de la mayoría de los ciudadanos. Así, los ciudadanos trabajamos para ellos y enfermamos para ellos mientras ellos cazan linces en sus cada vez mayores propiedades que antes eran públicas.

La crisis y la herencia recibida han sido el principal aliado y la principal excusa para practicar este expolio que afecta a gran parte de las conquistas sociales realizadas en los últimos veinte años, precisamente los mismos en que el tal Bárcenas esquiaba, apuntaba sus cuentas en un cuadernillo y dirigía el Partido Popular. Un expolio del patrimonio de la ciudadanía que, en su mayor parte, se había financiado con dinero público y que ahora se venderá al beneficio privado.

Con todo, el chiste más grande jamás contado por un político es el de Mariano Rajoy en el Congreso: vamos a crear una Ley contra la corrupción para que otros no hagan lo que nosotros ya hemos hecho.

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