El fracaso escolar de la Ley Wert y la opinión necesaria de los docentes

La LOMCE, siglas que pomposa y paradójicamente significan "Ley Orgánica de Mejora de la Calidad de la Enseñanza", ya ha fracasado antes de llevarse a la práctica alguna de sus medidas porque no parece que, con ellas, vaya mejorar, ni de lejos, la calidad de la enseñanza. Así de sencillo.

Muerta debía nacer una Ley de Educación que se ha llevado a cabo en despachos políticos sin contar con los profesores, sin realizar previamente un amplísimo debate con los docentes que viven de cerca y cada día la realidad de nuestra educación. Ellos más que nadie podrán dar ideas para intentar paliar de verdad el negativo diagnóstico del que parte la Ley: el fracaso escolar.

Y lo peor de todo es que se trata de una ley con tintes políticos ideológicos que realiza un análisis previo del fracaso para no aportar luego una sola medida que, al margen de los milagros en las clases de religión, vaya a paliarlo en absoluto. El resto de de lo que no es corpus religioso apunta, como se ha dicho, a "una educación selectiva, segregadora, realizada desde una óptica recentralizadora, que devalúa la Formación Profesional y que no resuelve los problemas de la Educación".

Un maestro de la Región escribía una carta al consejero de Educación echando también de menos la necesaria consulta a los docentes sobre las medidas adoptadas en los últimos meses. El contenido de esta carta también se puede aplicar a la Ley Wert: "¿Consultó usted a los claustros cuando les rebajó el sueldo, aumentó la ratio por aula, despidió a miles de interinos, incrementó el horario del profesorado, cerró aulas rurales, incrementó las tasas universitarias, eliminó desdobles y refuerzos, eliminó departamento de orientación, etc., etc., etc.? No lo hizo y esa es la primera razón de su fracaso escolar".

Una vez que se constate el fracaso de la Ley Wert, los docentes de todos los niveles educativos tendrán que ponerse a evaluar un sistema educativo anticuado en relación con los enormes avances en la tecnología y las mentes de los alumnos, algo que no se soluciona solo con llevar tabletas u ordenadores a las aulas.

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