El cocinero detenido

Le pillaron con las manos presuntamente en la presunta masa. Alguien -creo que fue el presidente Page- reclamó en su día algún tipo de pena o castigo para las empresas que realizaran encuestas y luego, al conocerse los resultados reales, se demostrara que habían fallado clamorosamente. Claro que siempre los encuestados podían cambiar de opinión y casi nadie se acuerda de lo que decían las encuestas después de celebrarse las elecciones y contarse de verdad los votos.

Y la verdad es que se trata de un fraude sin todas las de la Ley, porque no hay nada regulado al respecto, porque un partido político puede elaborar una encuesta y pasársela bajo cuerda a una empresa creada ad-hoc y porque la imaginación es libre aunque esté más que constatado que las encuestas crean opinión y arrastran voluntades, donde va Vicente.

Cuando hemos sabido que la guardia civil ha detenido a Arcadio Mateo, hemos recordado la encuesta que realizó su peculiar empresa "Demoscopia y Servicios" en noviembre de 2010. Se iban a celebrar elecciones en Castilla-La Mancha en mayo del siguiente año y su predicción, publicada por medios como Efe o El País, le daba a Cospedal 27 escaños y 22 a Barreda. Cinco escaños de diferencia. Luego, Cospedal ganó por 25 a 24, un escaño de diferencia.

Se supo que "DemoscoPPia y Servicios" era en principio una empresa dedicada a la restauración. En 2008 cambió su objeto social que era "Restaurantes y puestos de comidas" por el de de "Estudios de mercado y realización de encuestas de opinión pública", parecido pero no exactamente. Contaba con un solo empleado que se supone realizaba, el solo, 1.500 llamadas, organizaba luego los datos, cocinaba las tartas y lanzaba los resultados a los medios de comunicación con admirable éxito. La sede social de la empresa demoscópica estaba en un piso particular y en el bar restaurante Taberneros, del centro comercial El Palmeral de Las Rozas, en Madrid.

Por paradojas de la vida, el director de semejante oráculo, ha sido detenido por la Guardia Civil pero no por ofrecer datos falsos cocinados y manipulados con alevosía. Tenía otro empleo más: era director general de una empresa pública del Estado que gestionaba las aguas de la zona del Mediterráneo, desaladoras incluidas. Parece que la empresa, Acuamed, realizó contratos fraudulentos.

Mucho hay que abonar para que vuelva a crecer la hierba en aquellos prados por los que transitó nuestra joyita, la ex presidenta de los 27 escaños.

elObservadorDclm