Si al comercio global que no genere nuevas desigualdades

La ejecutiva del PSOE ha acordado finalmente abstenerse en la votación sobre el CETA, el tratado de intercambios de servicios e inversiones entre la Unión Europea y Canadá. Se trata de un acuerdo de enorme relevancia que bien podría ajustarse un poco más y contemplar las objeciones que tratan de defender la libertad comercial pero salvaguardar también los intereses de los trabajadores europeos, la garantía de sus derechos laborales y los medioambientales relacionados con el cambio climático. Los socialistas consideran que existe un "manifiesto desequilibrio" entre las provisiones y salvaguardias que se establecen para proteger los intereses de los inversores frente a la protección de esos otros intereses laborales y medioambientales.

En buena medida se están formulando ahora las relaciones comerciales del futuro en un mundo globalizado y hay aspectos que deben regularse desde el principio. Porque, además de las anteriores objeciones, deben también concretarse los modelos de resolución de disputas judiciales de forma que no beneficien o perjudiquen a ninguna de las partes, que no sean, como se dice en este caso "dobles y desiguales".

Los socialistas han pedido también que se levante el velo de secretismo y que este tipo de acuerdos se lleven a cabo desde la transparencia total para no dar la sensación de que se trata de un negocio que favorecerá a una de las partes para generar, finalmente, un mayor desequilibrio económico en el mundo como si ya fuera poco el que existe en la actualidad.

No obstante estas objeciones, el PSOE desea que se estrechen los lazos comerciales entre dos áreas del mundo "muy próximas en valores civilizatorios y humanos como son Canadá y Europa".

elObservadorDCLM