Del delito triunfante al fascismo rampante

("Yo también estoy indignado. También viví una guerra. También soporté una dictadura.") ("¿Qué pasa? ¿De qué nos alertan? El mundo gira como cada día")

(José Luis San Pedro: prólogo a la edición española de ¡INDIGNAOS!, de Stéphane Hessel).

Quiero recomendarles un documental: "CUANDO EXPLOTAN LAS BURBUJAS" (http://www.rtve.es/alacarta/videos/la-noche-tematica/noche-tematica-cuando-explotan-burbujas/1838588/).

Ante el panorama confuso, las tretas del engaño, los eufemismos, los orígenes ocultos, las reformas reformadas, y todas las demás circunstancias que rodean este crimen ("crisis" según el establishment), es de agradecer todas aquellas iniciativas que contribuyan a la clarificación de lo que ha ocurrido, está ocurriendo, y va a ocurrir. Este documental va en esa línea.

En el origen de casi todo lo que nos está ocurriendo a nivel político, social, y económico, hay una ESTAFA. En este germen explosivo de DELITO TRIUNFANTE, arranca casi todo. Desde las colas del paro hasta el saqueo de los servicios públicos.

El Documental comienza con los estafados ciudadanos (alcalde incluido) de Vik (Noruega), y acaba en sus verdes prados, con una temblorosa e insegura esperanza de revolución (¿ética y ecológica?). Otros expertos, más pesimistas o quizás más realistas, opinan que lo que se nos viene encima es "la amenaza de una gran barbarie" (aunque el mundo gire como cada día).

Un mensaje final dice: "El proceso judicial de los ayuntamientos noruegos contra Citigroup, conocido como "caso Terra", todavía no ha terminado"

¿Qué significa esto? Pues significa que las catástrofes son evitables, siempre que la dignidad, el coraje, y la justicia, se pongan manos a la obra.

Algunos ejemplos de las opiniones de los expertos (premio Nobel de Economía incluido), que recoge este documental:
"En la zona euro, los acreedores tienen mucho poder, porque los gobiernos no son soberanos. No son gobiernos soberanos, sino dependientes. No controlan el crédito, ni el Banco Central, ni la política monetaria. En muchos sentidos, son como Administraciones locales, ni más ni menos. No son gobiernos de verdad, y por tanto dependen en gran medida, de la buena voluntad de sus acreedores".

Otro experto: "Los Bancos van a Grecia y dicen: ¿Ah, que no podéis pagar las deudas? Pues queremos que impongáis una política de austeridad; que reduzcáis la economía en un 20% y rebajéis los salarios en un 30%. Nos dais el Partenón, las islas, la tierra, el agua, y el alcantarillado, y lo privatizáis".

Como podemos ver, y sobre todo sabiendo que la deuda no es de aquellos a los que se reclama con tanta crueldad, y conociendo la estafa y los mecanismos criminales que pusieron en marcha todo el proceso (tal como describe el documental), la actitud coercitiva que en el párrafo anterior se describe ante los ciudadanos de un país soberano (Grecia), solo cabe calificarla de fascista y criminal. España actualmente está en la misma tesitura. Pues bien, nuestros políticos y medios de comunicación afines, traducen esto en su lenguaje fullero, del siguiente modo o similar: "Bruselas impone más reformas a España".

¿Han dicho reformas? Oiga, no, que no son REFORMAS, que es FASCISMO y ROBO.

¿Pero no habíamos quedado en que lo que había que reformar era el capitalismo, los paraísos fiscales, y demás fechorías político-financieras?

Cuando el fuego aún estaba caliente, y el humo indicaba el lugar del incendio, así se manifestaron no sólo Zapatero, sino incluso Sarkozy.

Algún tirón de orejas debieron recibir del gremio mafioso, porque no volvieron a manifestarse de manera tan rotunda. Y de insinuar la reforma de los delincuentes y la persecución del delito, se pasó por arte de birlibirloque a "reformar" el estado de bienestar, los derechos sociales, la soberanía popular, y conculcar la democracia. Casi igual.

La reforma de la constitución española en 2011, implementada por PPSOE a espaldas y sin permiso de los ciudadanos (reforma de la Constitución "española" que no fue decidida por "españoles"), y otros asaltos "corsarios" a la soberanía del pueblo, hacen de la democracia española una hipótesis muy poco creíble. Este planteamiento, más que una "innovación tecnocrática", es una "revelación" que nos ilumina, explica , y describe con efectos retroactivos. Los mecanismos de fraude y desprecio a la voluntad popular, cuyo respeto debiera implicar una consulta más ágil y frecuente a los "auténticos" depositarios de la soberanía, así como un juego y "contrato" electoral limpio y decente, están inscritos en el germen, nacimiento y desarrollo de la actual impostura.

Otra opinión: "Creo que las democracias tienen por delante un verdadero reto, porque nos enfrentamos a fuerzas más poderosas que los Estados-nación. Si pensamos en los fondos de inversión, y en las multinacionales, y en la concentración del poder, el dinero, y los medios de comunicación, en las manos de unos pocos, a veces, manejan cantidades de dinero superiores a las de nuestros presupuestos nacionales. Tienen más influencia, incluso pueden corromper a los políticos, si las instituciones democráticas del país en cuestión, no son suficientemente fuertes. Y lo que estamos viendo cada vez más, es que los ciudadanos se echan a la calle con preocupaciones muy similares, ya sea en la Plaza Tahrir, en Bruselas, en Atenas, o en Wall Street, diciendo: queremos más participación".

Otro de los expertos, Ystein Stray Spetalen (inversor de capital riesgo): "Muchos de los países occidentales a los que hemos visto perder la base industrial, y sus empresas más importantes, por llevarse la producción a Asia para reducir los costes, no se recuperaran nunca, y se avecina una época de gran agitación social, con el aumento de la globalización y el desplazamiento de la industrialización a Asia, a expensas de Europa Occidental. Creo que muchos no son conscientes de las consecuencias que puede tener. Al final esa es la razón principal del desempleo generalizado en España, donde la mitad de los jóvenes menores de 25 años, está en paro. No queda Industria".

Otro experto opina que actualmente se está dirimiendo el devenir de los acontecimientos que impone la globalización, con tres alternativas posibles. Una de esas alternativas es esta: "Se puede renunciar a la democracia, y que los gobiernos hagan lo que los mercados financieros dicten".

De nosotros depende ¿O acaso ya no es una opción, sino una decisión puesta en práctica sin nuestro consentimiento?

LORENZO SENTENAC