¿A qué periodista de la región le ha puesto la lupa su empresa por un supuesto doble juego?

La profesión anda como la sociedad, en crisis, y más si las empresas que nos emplean dependen de la publicidad institucional para que los balances económicos cuadren. Por tanto, es una verdad absoluta que pocos periodistas, a día de hoy en esta región, pueden decir lo que quieren y como quieren en plena libertad. Hay ejemplos que tiran de espaldas, caso de los sufridos trabajadores de la radio y televisión autonómica, amordazados y encadenados por su director general, que ha implantado el terror en la redacción y nadie se atreve a disentir ante la posibilidad cierta de perder el puesto de trabajo. Bueno sí, el Comité de Empresa.

Pero el confidencial de dclm.es, por esta vez, no quiere hurgar en la herida de la empresa pública y se hace eco de una conversación que tuvo lugar en Madrid, en la que un político del PP se fue de la lengua ante un directivo de una cadena radiofónica con la consiguiente perplejidad por parte de éste.

Vamos a ver cómo lo contamos para que todo el que lea este confidencial sepa por donde van los tiros. La cosa surge de una indiscreción que comete un destacado militante del Partido Popular en un ágape en el que coincide con directivos de esa cadena. El cargo público, para entrar en materia, le dice a su interlocutor algo así como "nos estáis breando con noticias que no son ciertas". El directivo le contesta que no hay nada anormal en el trato que le dan a su partido y le apunta que cuando emiten una noticia siempre está contrastada. El político le rebate y es cuando comete el desliz de alardear de que tienen información de las fuentes que utilizan y de saber con antelación cuándo van a salir las malas noticias para su gobierno, lo que les permite hacer estrategias.

Pueden imaginarse la cara que se le queda al profesional de la emisora, que a continuación señala: "Pues si eso es verdad, mi empresa tiene un problema que se llama deslealtad". El político le contesta "llámalo de publicidad".

A continuación se suman nuevos interlocutores y la conversación se desvía a otros temas. Así es y así se lo hemos contado, como dice un popular periodista radiofónico de otra cadena. Lo cierto es que al directivo se le quedó cuerpo de jota y mucho nos tememos que al menos siente curiosidad por saber si lo que le dijo el político es verdad, y para ello habrá dirigido la lupa hacia el agujero negro por donde, supuestamente, se está escapando información. Aunque le adelantamos que si quiere saber, lo que debe hacer es bajar un par de pisos en su emisora e indagar entre periodistas que conocen bien Toledo.

¿Habrá consecuencias? El tiempo y, como dice el político, el balance económico lo dirá. Pero analizado desde nuestra perspectiva, no debe temer el responsable regional de ese medio porque si el baremo que se utiliza para medir la supuesta deslealtad es el económico, pues está bien servido por el gobierno Cospedal. ¡Qué espejismo aquello de la línea editorial!

Dicho de otra manera, qué jodida es la esclavitud que soportamos los periodistas, aunque unos más que otros, y que mezquina la interpretación del "doble juego". Será porque sienten los colores, aunque finjan. Aquí viene a huevo la famosa frase de Groucho Marx: "Estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros".