Alcázar: la privatización contracorriente

En un lugar de la Mancha, cuyo nombre anda en boca de todos de unas semanas a esta parte, no ha mucho tiempo que reinaba la paz entre sus habitantes, más preocupados en sus quehaceres cotidianos que en las querellas políticas de caciques de medio pelo, más preocupados por chupar plano que por velar por el bien común.

Raramente los medios de tirada nacional se interesan por esta región de España, tierra de paso percibida por los no lugareños –a la ligera- como poco acogedora e incluso remota, y donde raramente se aventuran más allá de unas vías de comunicación que la atraviesan de parte a parte y que, paradójicamente, refuerzan su aislamiento. De ahí la sorpresa con que la opinión pública ha recibido el motín que muchos vecinos de Alcázar han protagonizado contra el gobierno municipal estas últimas semanas. Y la trascendencia con que deberíamos tomarnos tal determinación.

MÁS QUE AGUA, "ORO AZUL"

El agua es fuente de vida pero también, desde hace unas décadas, un objetivo geopolítico de primer orden. No pocos expertos y organismos internacionales sostienen que el agua será la principal fuente de conflictos en el mundo a medio plazo, lo que nos da idea de lo importante de una buena gestión, especialmente si es un bien que ya, de por sí, escasea.

En La Mancha, que siempre ha sido seca -una de las teorías del topónimo "Mancha" es su origen árabe (de Al-Manxa, "tierra seca", o "sin agua"), lo saben de sobra, lo que les ha permitido convertir sus páramos en uno de los graneros del país. Y de ver su privatización como una amenaza, que traería alteraciones de gran calado en el tejido ecológico y productivo alcazareño, así como en las economías familiares, todo ello consecuencia de un encarecimiento exponencial del agua. Quienes hayan visto "También la lluvia", por ejemplo, se podrán hacer una idea de lo que cuento.

PARÍS, EJEMPLO DE PRIVATIZACIÓN "DE IDA Y VUELTA"

Hay que remontarse a los años '80 para encontrar infinidad de casos en el mundo similares a lo que podría ocurrir en Alcazar al privatizar la gestión del agua …que han terminado por desprivatizarse. Uno de los casos más representativos –y similares al alcazareño- es el de París.

El abastecimiento y distribución del agua en la capital francesa, una de las ciudades más pobladas de Europa, era municipal. Pero la falta de inversión en el mantenimiento de la red e instalaciones ha generado un numero creciente de fugas y disfunciones técnicas, argumento que en 1985 permite a Jacques Chirac –por entonces alcalde de París- privatizar la gestión y facturación del agua y, de paso, desentenderse del problema. La sociedad municipal encargada de ello pasaba a ser un consorcio compuesto por el ayuntamiento (50%) y dos compañías privadas (Veolia y Suez, el otro 50%). El contrato, a 25 años, aportaría un capital indispensable para acabar con los números rojos de las maltrechas arcas municipales. Suena, ¿verdad?

Pasado ese tiempo, los balances son demoledores. Entre 1985 y 2008, el precio del agua aumentó, exponencialmente, en un 260%, lo que les permitió a ambas tener unos beneficios anuales netos de unos 35 millones de euros. Todo ello mejorando la captación y el abastecimiento, pero sin cambiar un ápice del servicio al ciudadano, con contadores obsoletos y sistemas de distribución de agua y recogida de aguas usadas deficientes. En 2010, el ayuntamiento de Paris decide volver a hacerse cargo del agua de la ciudad con el fin de "devolverla a todos los parisinos". Sólo ese año, su precio ya bajo en torno al 10%.

EL POZO DE PERDIGUERAS Y EL ACUÍFERO 23

Pero no peligra sólo el bolsillo de las familias alcazareñas: tanto los regadíos agrícolas como el parque nacional de Las Tablas de Daimiel están también amenazados por la privatización, unos porque el aumento del precio del agua disminuiría su rentabilidad y el otro porque convertir el agua en negocio llevará, irremisiblemente, a esquilmar el acuífero 23, lugar del cual son captadas el agua que se consume en Alcázar (por el pozo de Perdigueras) …y da la vida a las lagunas de Las Tablas.

Hace décadas que el liberalismo va podando –lenta, pero progresivamente- las ramas de lo que Keynes llamó el "estado del bienestar", con las consiguientes repercusiones en los colectivos más desfavorecidos. Y es, al ser atacadas antes de ayer la educación, ayer la sanidad y hoy la salubridad, cuando comprendemos que se está llegando al tronco. Quizás antes de pretender obtener una ganancia, rentabilidad o plusvalía de un bien esencial como es el agua, deberíamos plantearnos dónde queda el "bien común". Ello evitaría situaciones como la que se está viviendo en Alcázar de San Juan.

Links de interés:

Nota: todos están en francés.
Para su mejor comprensión –excepto el PDF del Ayuntamiento de París- sugiero lo siguiente:
a) Ve a "Google traductor" y pon en la ventanilla izquierda "francés" y en la derecha "español"
b) Copia el link entero y lo pegas en la ventana "francés"; luego, pulsa Enter
c) El resultado es más o menos comprensible

:::::::::

- "El agua, de nuevo pública" – Dossier del Ayuntamiento de París

- El agua como bien común – Repaso a la experiencia de París

- El agua de París

- Francia: de la gestión privada a la remunicipalización del agua

- "Las desventuras de las multinacionales del agua en las ciudades del mundo"

- La privatización del agua

Documental:

- Le Business de l'eau ("El negocio del agua")

- Water makes Money (versión en inglés)


FRANCISCO SALAMANCA.