Carmen Bayod pone al zorro a guardar el gallinero

Dicen, con acierto, que el sentido común es el menos común de los sentidos y de sentido común sería guiarse por una de las máximas de nuestro, tan prolífico como pedagógico, acervo popular, que nos previene sobre los peligros que entraña poner al zorro a guardar el gallinero.

Sería aconsejable que la alcaldesa de Albacete, Carmen Bayod, revisase su cohorte de asesores e hiciera hueco a alguno que, al menos, conozca proverbios tan populares como éste. Así se habría ahorrado el sonrojo de poner al frente de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Albacete a una funcionaria imputada en el caso 'Guateque' de Madrid.

De la misma forma que nadie, en su sano juicio, pondría al frente de la Tesorería Municipal a un imputado por blanqueo de capitales; o de la Unidad Fiscal Especializada en Delitos de Narcotráfico a una persona procesada en un caso de tráfico de estupefacientes, parece lógico y coherente que una alcaldesa no debería situar al frente de la Gerencia de Urbanismo de su Ayuntamiento a una funcionaria que está imputada por un presunto delito de tratos de favor para acelerar licencias de actividad con el Ayuntamiento de Madrid a cambio de comisiones ilegales, por los que la trama cobró, según el sumario de la instrucción, un millón de euros en concepto de sobornos y por los que en la actualidad se encuentran imputadas 34 personas.

Todo parece apuntar a que el papel que desempeñó la funcionaria en el caso 'Guateque' no fue secundario. de hecho, estuvo privada de libertad en el penal de Soto del Real, del que fue excarcelada tras abonar 20.000 euros en concepto de fianza, a la espera del juicio, para el que pronto habrá fecha, ya que el proceso de instrucción, que se lleva en el Juzgado de Instrucción Nº 32 de Madrid, según mis fuentes, concluirá en breve.

La funcionaría, que tiene su plaza en propiedad en el Ayuntamiento de Albacete, llegó al Consistorio madrileño de la mano del que fuera alcalde de la capital y ahora ministro-cruzado contra el aborto, Alberto Ruiz-Gallardón, y su concejala de Medio Ambiente, Ana Botella, y dado que esta funcionaria es 'pata negra' del PP la designaron como asesora técnica de la Concejalía de Medio Ambiente, en el Ayuntamiento de Madrid.

Entre sus responsabilidades, figuraba la concesión de licencias de actividad en la ciudad de Madrid. Actividad sobre la que pesa la sospecha, eso es lo que investiga la Justicia, que determinados empresarios conseguían abreviar sustancialmente el proceso para la concesión de una licencia de actividad a cambio de sobornos a los responsables de esta trama, e, incluso, convertir, por arte de birlibirloque, una denegación administrativa en una licencia en toda regla, previo paso por taquilla.

La funcionaria pasó por presidio y como cualquier persona tiene derecho a la presunción de inocencia hasta que la Justicia dicte sentencia, pero un gobernante, una alcaldesa como es la señora Bayod, debería haber hecho gala de una mayor prudencia, y si no encontraba a nadie digno de su confianza para nombrarlo como jefe de servicio de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Albacete, al menos podría haber tenido la paciencia de que el juez, en su sentencia, esclarezca si esta persona incurrió en un delito de corrupción relacionado directamente con el mismo ámbito en el que ahora va a tener una responsabilidad determinante. Salvo que en lugar de las licencias de actividad de Madrid, por sus manos pasarán las de Albacete.

Esta plaza podría haberla ocupado cualquier funcionario del Cuerpo General de Funcionarios de la Administración General del Estado, perteneciente al Grupo-A. La alcaldesa tiene la potestad de elegir alguien de su confianza, por el procedimiento de libre designación, como finalmente ha hecho, a través de una resolución de Alcaldía.

A tenor de los acontecimientos y del revuelo generado por la denuncia de este nombramiento por parte de los Grupos Municipales del PSOE e IU en el Ayuntamiento de Albacete, que me consta que ha sacudido los pilares de la sede de los 'populares' albaceteños, en la Calle del Muelle, a este periodista no le cabe la menor duda de que esta funcionaria goza de la completa confianza de Carmen Bayod, que debía ser conocedora de que el nombramiento no pasaría desapercibido para la oposición. La pregunta, que dejo en el aire, no por evidente carece de miga: ¿Podemos confiar los ciudadanos en el sano juicio de algunos de nuestros gobernantes?