Otro de los nuestros que cae

No hay periodismo sin periodistas, ni democracia sin periodismo. Sin embargo, la mayoría de los periodistas silban al viento cuando cierra un medio de comunicación progresista, mientras que la democracia deja caer al artículo 20 de la Constitución (libertad de expresión) y uno de los nuestros se estampa contra el suelo. El Porvenir de Castilla La Mancha, un periodismo de siempre para nuestros tiempos, ha abandonado internet y silenciado sus informaciones que ya forman parte del espectro fantasmal digital. El Porvenir nació hace más de dos años con un claro objetivo (además de informar): combatir a los neocon que con tijeras en mano estaban dejando nuestra comunidad hecha unos jirones, ante el contubernio escrito, radiado, televisado y narrado en la red, que lejos de defender a la mayoría y proteger los intereses ciudadanos se doblegaron al poder de "CospeLeaks", un fondo de reptiles de 30 millones de euros que se repartieron entre los medios de comunicación de la órbita del PP y entre aquellos que aun no confesando con los planteamientos de María Dolores Cospedal hacían la vista gorda a cambio de un plato de lentejas que les impidiera morir de inanición.

Una política demoledora en comunicación de María Dolores Cospedal situaba a Castilla-La Mancha a la cabeza autonómica en la desaparición masiva de medios de comunicación. Una treintena de periódicos, radios y televisiones locales y regionales, que en su mayoría rechazaron el plato de lentejas, se vieron abocados al cierre y a despedir a centenares de profesionales, que perdieron sus puestos de trabajo ante la mirada complaciente del Gobierno neoconservador de la enemiga de Luis Bárcenas. Sólo dclm.es, de César Ortega y Santiago Gómez, y algún que otro periódico provincial, sobrevivieron al acoso y derribo de los mamporreros genoveses. Y cuando el PP ya había sembrado el "terror informativo" entre los profesionales, ¡zasca!, surgió El Porvenir. Justo el día en el que las huestes de Cospedal creían haber ganado la batalla de los medios y brindaban en el desierto informativo, Luisa Acedo, Julio Ortiz y Juan Vicente Medina se comprometían a llenar una página en blanco todos los días con los desmanes de los "peperos", que por aquellas fechas mandaban, incluso, hasta en las comunidades de vecinos. Nunca antes nadie había tenido tanto poder.

A nivel nacional ocurrió algo parecido, salvo excepciones, como elplural.com (donde me honra haber trabajado durante los aciagos y oscuros años "cospedalianos"), un medio nacional que desde el minuto uno fiscalizó al Gobierno autoritario de la que todavía es secretaria general del PP. Más tarde se sumaría Público.es e Infolibre.es, y en la recta final eldiario.es. Pero volviendo al espacio regional, mientras que con Cospedal cerraban esa treintena de medios no afines, ahora, sin embargo, no ha cesado su actividad ni un solo periódico, ni una sola tele, ni una sola emisora que ayudaron, protegieron, adularon y formaron parte de la corte bufónica de la madrileña. ¿Cómo es posible, entones, que aquéllos que formaron parte de la resistencia informativa, que estuvieron en las trincheras progresistas, cierren sus portales digitales porque sus ingresos sólo garantizan el pago mensual a Hacienda, y eso que, según la abogada del Estado, "Hacienda no somos todos"? Lo dice, por supuesto, ahora que la hija del rey emérito y hermana del monarca actual está a punto de ir a la cárcel por un supuesto blanqueo y delito fiscal, con la oposición de la horrorizada derecha mediática que ha otorgado a la Casa Real un halo de inviolabilidad, no sujeta a responsabilidades, que junto al aparato del Estado piden a gritos la exoneración de la que todavía ocupa la sexta posición en la línea sucesoria borbónica.

Pero a lo que vamos. Hay alguien ahí afuera que me pueda responder a estas preguntas: ¿cuántos medios de derechas han cerrado desde que Podemos decidió apoyar un Gobierno del PSOE en Castilla La Mancha? Ninguno, cero patatero, afortunadamente. ¿Y progresistas? Varios, con El Porvenir a la cabeza, lamentablemente. Aún es más: ¿Cuántos periódicos y televisiones de izquierdas cerraron bajo el mandato de Cospedal? Una treintena larga, como decimos. ¿Y cuántos de derechas? Ninguno, todo lo contrario, surgieron nuevas propuestas informativas en la red en beneficio de los lectores. Entonces, ¿qué está pasando en una región donde caen como moscas aquellos medios y periodistas que sí se dejaron la piel, y algo más, por oponerse a los salvajes recortes de Cospedal? No es cuestión de un rescate mediático, pero coger un teléfono de vez en cuando y un poco de cariño anima siempre a continuar.

P.D. Gracias por vuestra dedicación, Luisa, Julio y Juan Vicente, y perdonad a aquellos que no conocen lo que hacen otros.

Carlos Iserte