La dialéctica de Rajoy

Sabemos que la dialéctica del presidente, a parte de los "chascarrillos" a veces sin sentido que incluye, no es de las más boyantes de la casa común que es el Congreso de los Diputados.

Creo que pasará a la historia, por esa grandilocuencia a la hora de darnos motivos para esbozar sonrisas y en la mayoría de los casos además carcajadas, que consiguen evadir las miradas a los puntos fundamentales de su locución. Es como la "muletilla" que llega a desorientar un buen discurso, cuando uno decide contar su número en lugar de escuchar con atención el contenido de lo que se está diciendo.

Dicen que los errores al hablar se deben generalmente a las traiciones del subconsciente, al que tenemos educado para que reaccione solo en situaciones puntuales, pero que a veces se desmanda y es cuando de la boca salen cosas que pensamos pero que no queríamos decir. Tal vez sea ese el razonamiento para comprender la última de Rajoy "Cuanto peor mejor para todos y cuanto peor para todos mejor para mí el suyo, beneficio político" (13-06-17). Uno podría analizar la frase durante toda una vida y seguramente nunca daría con el pensamiento que quería expresar.

En otras ocasiones, suponemos que consciente, el presidente de Gobierno, del barullo de palabras vocalizadas en un discurso, trata de poner una nota de entendimiento en el último lugar de la frase: "La cerámica de Talavera no es cosa menor, o dicho de otra manera, es cosa mayor" (02-12-15). Cosa poco necesaria, cuando es tan contundente como "Lo que tenemos que hacer, es fabricar máquinas que nos permitan seguir fabricando máquinas, porque lo que no van a hacer nunca las máquinas, es seguir fabricando máquinas a su vez" (09-03-16).

Pero a todo hay que buscarle el lado positivo, y así hemos conocido la intensidad de nuestra nacionalidad "Los españoles, son muy españoles y mucho españoles" (25-02-16), hemos aprendido quien elige a los alcaldes "Es el vecino el que elige al alcalde, el que quiere que sean los vecinos el alcalde"(02-12-15), y lo más importante, que el orden de los factores, altera el producto "somos sentimientos y tenemos seres humanos" (25-02-16).

Sin embargo, y volviendo al principio, la última frase del Presidente, preocupa enormemente, por lo que pueda tener de traición a su  subconsciente: "Cuanto peor, mejor para todos". Muchos darían lo que fuera por saber en qué pensaba en ese momento, en el país,  la economía,  el trabajo,  la sanidad,  la educación...  "Cuanto peor para todos, mejor para mí". De qué beneficio habla, político, económico, social... Así es nuestro presidente del gobierno.

Poco recorrido en esta moción de censura. Pocas frases han  quedado de los eternos y soporíferos discursos de la tribuna, si esta moción de censura tiene algo por lo que ser recordada, sin lugar a dudas es por la frase de Mariano Rajoy.

DCLM