Presupuestos: Aquí estamos, pelando la pava / Miguel Nieto

¿Es necesario esperar a que estén o no aprobados los Presupuestos de Castilla-La Mancha para hacer una lectura crítica de lo que está pasando? NO. El presidente de esta región se acostó un mal día con niños y cuando se levantó se dio cuenta que lo habían meado. A partir de ahí todo el calvario que ustedes conocen y lo que no se lo voy a intentar contar para que vayan por la vida informados, como mínimo.

Podemos, lo he dicho y lo repito, se sumergió en un ejercicio de contorsionismo que le llevó a proclamar que su ombligo era el más redondo que el mundo había parido. No hubo causa objetiva que les llevara a aquel no a unos Presupuestos que minutos antes estaban pactados. Luego vino la liturgia de las declaraciones, los enfrentamientos, la parafernalia de la culpa ha sido tuya y el divorcio emergió de la nada. Los amantes dejaron de quererse porque terceras personas electrocutaron la relación.

Pero hubo un intento de recomponer el destrozo causado a los ciudadanos y de nuevo se sentaron a la mesa para hacerse carantoñas. El fin merecía una segunda oportunidad. ¡Pero que si quieres arroz Catalina!; por mucho que las tripas hacían de corazón la realidad aplastó cualquier intento de arrumaco y futuro de amor. Lo primero que hicieron los de Podemos fue echar sobre la mesa un montón de nombres que debían desaparecer de la escena pública porque les salía de sus entretelas. Y allí se hizo la oscuridad, punto y final. Dos diputados querían tener la fuerza del resto.

Y ahora viene el futuro. Cegado el pozo de la sabiduría en la que bebía el PSOE con Podemos, llega el tercero en el convite, el PP y se las pone crudas al presidente. Que sí, que no, que convoques elecciones y que no tienes lo que hay que tener. Una realidad en la que las entrelíneas valen tanto o más que las palabras. Y aquí estamos, pelando la pava de si sí o si no.

Y digo: pongamos que Page convoca porque no puede aprobarlos, que el PP tiene que inventar un candidato porque Cospedal no vuelve desde el ministerio de Defensa (Vicente Tirado, Conde, por ejemplo), que las elecciones las pierde: ¿A quién echarían la culpa?. Pero imaginemos que el PP las gana: ¿Quitarían a las siguientes al candidato que los devolvió al poder?

Sigamos imaginando e imaginemos que Podemos se la pega y no sale ninguno de sus diputados y en su lugar aparece Ciudadanos como fuerza emergente de centro, que es por donde más se orienta esta comunidad. O que Podemos se convierte de nuevo en la fuerza-bisagra que decide el poder. ¿Para qué sirvió el viaje?

¿No creen que la lógica debería llevar a pensar que ninguna cita electoral volverá a dar mayoría absoluta a partido alguno? ¿Que el bipartidismo se hizo añicos también en Castilla-La Mancha? ¿Que las minoría han llegado para quedarse e influir?

Lo dicho, si hay que ir se va pero reflexionen también sobre lo que nos podemos encontrar a la vuelta de la esquina, que no es otra cosa que un mapa político fragmentado que necesite de políticos dialogantes, que sepan sumar y multiplicar. Llegado ese momento cada cual deberá reflexionar y llegar a la conclusión de que no hay peor ciego que el que no quiere ver. En estos momentos en Castilla-La Mancha alguno, como se dice en mi tierra, no ve ni gorda.

Miguel Nieto