La correcta actuación de Jesús Fernández Vaquero como Presidente de las Cortes

Tras la premeditada trifulca organizada por el Grupo Parlamentario Popular en la Comisión de Economía y Presupuestos, su portavoz, Francisco Cañizares, se atreve a dar una vuelta más de tuerca a la sinrazón y denuncia “el despotismo parlamentario del PSOE de Page y Podemos al silenciar al Grupo Popular en la tramitación exprés y chapucera de los Presupuestos Generales de la Junta”. 

Haciendo uso de un ejercicio de hipocresía y cinismo sin precedentes en nuestras Cortes, añade Cañizares: “el bochornoso espectáculo que se vivió en la Comisión de Economía y Presupuestos, tras echar a once diputados del PP de dicho órgano y haber quitado al presidente de esta Comisión -el diputado popular Lorenzo Robisco-, acogiéndose a un artículo residual del reglamento de las Cortes que se aplica a situaciones de excepcionalidad, sin que se haya dado ninguna circunstancia anómala”.

Cañizares trata de dar vuelta no solo a la realidad sino también al reglamento de las Cortes que, tanto él como numerosos diputados del PP, han vulnerado en repetidas ocasiones durante los últimos meses. Ya nos hemos referido, en nuestro “Observador” titulado “Cercenar derechos ¿a quien?” a diversos artículos que deben aplicarse a este caso como el 19 (“Los diputados están obligados a respetar el orden, la cortesía y la disciplina parlamentaria"); el 51.1 y el 35.2 (autorizan a este presidente a presidir las comisiones en cualquier momento que estime conveniente); el 35.5 (Velar por la marcha eficaz de los trabajos parlamentarios) o el 35.6 que faculta al Presidente de las Cortes a “adoptar cuantas medidas disciplinarias sean precisas para garantizar el mantenimiento del orden dentro de la cámara”.

El portavoz popular y el resto de los diputados expulsados de la Comisión incumplieron reiteradamente este reglamento. El Presidente, Jesús Fernández Vaquero, realizó un verdadero ejercicio de paciencia antes de que los propios parlamentarios del PP le obligaran a aplicar el artículo 126.3: “Al orador que hubiese sido llamado al orden tres veces en una misma sesión, le podrá ser retirada la palabra y el Presidente le podrá sancionar con la expulsión de la Comisión y la prohibición de asistir al resto de la misma”. Y eso, en grado superlativo, es exactamente lo que hicieron los diputados del PP.

Realmente, los diputados populares, que ahora exponen sus quejas, superaron con creces la ecuanimidad de Vaquero y los preceptos que rigen nuestras Cortes y cualquier otra Cámara democrática del mundo.

Cañizares ha asegurado que Vaquero “hizo uso abusivo de las Facultades que le otorga el Reglamento al presidir la Comisión en lugar de un diputado de la oposición como es tradición en todos los parlamentos democráticos occidentales...”.

En primer lugar, el Presidente de las Cortes, haciendo uso del mencionado artículo 35.2 decidió presidir la Comisión ante la clara intención de Robisco de intentar ralentizar hasta límites insoportables la tramitación del proyecto de Presupuestos que ya lleva dilatándose ya más de seis meses.

En segundo lugar, debe saber el señor Cañizares que en Castilla y León y en Murcia donde gobierna el Partido Popular, los presidentes de la Comisión de Presupuestos son del Partido Popular: ¿acaso no son estos parlamentos democráticos?