Carta Abierta a Rosa María Miras, la mujer que llamo "perra asquerosa" a Arrimadas /Paloma MORATILLA

De sobra es conocida la repercusión social que pueden tener nuestras palabras en las redes sociales. No son pocos los casos en los que, a través de palabras o vídeos, se ridiculiza a las personas aprovechando este medio para desarrollar actitudes cobardes ocultando identidades o llenándolo de mentiras, infamias y calumnias.

A nivel personal no podrían calibrarse los desatinos infringidos, pero lo peor es que dentro de ellos se pretenda menospreciar a quien hace de una forma legal su trabajo, defendiendo sus ideas y derechos. Empresas, autónomos que pueden ver vapuleados sus logros por una mente desaprensiva que solo pretende hacer daño.

Sin embargo existe un colectivo, el de los políticos, que es quien más soporta este tipo de agravios y no hablo de las críticas políticas bien merecidas, sino de insultos personales que solo pretenden acabar con la imagen del político, odiado de forma unipersonal. En esta región ayer mismo se acusaba de pirómano de Estado al mismísimo presidente del gobierno regional, por no decir que hace unas semanas se llamaba pederastas y delincuentes a los miembros de la formación morada, Podemos. Acusaciones, dichas con el solo objetivo de desprestigiar la credibilidad de los destinatarios y proferidas en este caso por los diputados del Partido Popular.

Esta vez ha sido en Cataluña, donde usted rebosó el vaso, porque no se introdujo solo una gota, sino un buen chorro de golpe, contra una de las políticas más conocidas de este país  y no por su agresividad precisamente, sino por haber dado muestras de templanza en innumerables ocasiones. Se podrá estar de acuerdo con su ideología o no, pero su talante en los medios públicos, es normalmente sereno y dialogante, a pesar de estar viviendo en los últimos días en el infierno pseudo-democrático en que se ha convertido el gobierno catalán.  

El pasado 3 de septiembre y tras un debate televisado, como no podía ser menos, en una cadena “incendiaria” de noticias personales que se dedican a enjuiciar apariencias y expresiones como si de un tribunal se tratara, tras la participación de Inés Arrimadas, usted en desacuerdo con sus ideas, colgó un tuit, en el que decía “Sé que me van a llover las críticas de todos lados, sé que lo que voy a decir es machista y todo lo que se quiera, pero escuchando a Arrimadas en el debate de TV5 solo puedo desearle que, cuando salga esta noche, la violen en grupo porque no merece otra cosa semejante perra asquerosa”.

Tres horas después fue despedida de su empresa y le comenzaron a llegar esas críticas que usted misma vaticinaba previamente a su vómito de opinión. Ahora dice no entender el linchamiento público que ha sufrido desde entonces. Por todo ello ha comenzado a pedir disculpas. Pero estas disculpas las solicita para no tener que soportar las consecuencias de sus propios actos, no por el acto en sí. ¿Quién le iba a decir a usted que sería despedida del trabajo y que sus deseos no serían los de la mayoría?

Como mujer, solo puedo decir que es lo más vergonzante que he visto en mi vida.  Que su comportamiento tan solo es equiparable al de cualquier machista violador o maltratador, porque en sus palabras llenas de un odio visceral, insulta llamando perra asquerosa a alguien que lo único que hace es su trabajo y defiende la legalidad vigente en este país al que ustedes, digan lo que digan y cometan las ilegalidades que cometan,  siguen perteneciendo aún. Puede no estarse de acuerdo con lo que se hace o dice, con Arrimadas o también por qué no con Forcadell, pero eso no da derecho a desearle el mal, ni a incitar a nadie a cometer una de las barbaridades más atroces que se puede cometer con una mujer y que precisamente sea alguien del género femenino quien lo sentencia, en su juicio sumarísimo, porque esta circunstancia, el hecho de ser mujer, le acerca a la empatía de poder sentir su dolor.

Ahora quiere pedir disculpas a cualquier persona que se haya sentido ofendida. Personalmente no acepto sus disculpas y no me sirve que ahora diga que fue un momento de calentón, porque en un momento de calentón uno no hace la reflexión de “Sé que me van a llover las críticas de todos lados, sé que lo que voy a decir es machistas y todo lo que se quiera”, usted misma se enjuició antes de cometer el atropello. Todo el mundo sabe que en twitter además hay que medir el número de palabras que se escriben, pero aun así quiso ponerlo y tuvo que ver la manera de hacerlo para no extralimitarse en el número de palabras, pero no en calidad de las mismas. Todo ello para demostrar su valentía  o tal vez su cobardía y esperando que fueran más quienes apoyaran su afirmación que quienes repudiaran sus palabras, pero se equivocó.

En política no se discuten los envoltorios, sino las ideas ¿Y si hubiera sido un hombre que le hubiera deseado? El calentón provocado por el debate le está indicando que no tolera opiniones diferentes a las suya, que es antidemocrática, que tal vez sería recomendable para su salud  ver dibujos animados en lugar de debates políticos. Cuando hablamos de ideas, nunca hay que olvidar la máxima de Voltaire: “No pienso como usted, pero me dejaría la vida para que usted pueda seguir expresando sus ideas” pero no defiendo sus insultos insustanciales y ajenos al debate político…ideas…criterios POLÍTICOS son lo que cuentan. Cataluña no necesita ahora desplantes violentos, sino calma, sosiego y raciocinio, no todos son independentistas como usted y ellos también tienen derecho a expresar lo que piensan. 

Solo espero que la justicia actúe con el fin de evitar que estas pérdidas de respeto y conductas antidemocráticas vuelvan a constituir el contenido de una noticia política

Paloma MORATILLA