Rajoy y Puigdemont, en Perejil

La madre de Josito es muy rebelde, se lo tengo dicho. Un día de estos, se la van a llevar presa por decir las cosas que dice, y es que le sale el nervio y, bueno, no voy a repetir lo primero que suelta, solo que se acuerda de Dios.

Ahora estamos con “la porra” de Puigdemont, haciendo apuestas. La otra tarde mientras tomábamos café, la chica que cuida a Luquitas dijo: ¿Vosotras como veis el final de la aventura de Puigdemont? Una que había allí nueva argumentó que todo era mentira. Que en privado seguramente Rajoy tomaba café con Junqueras y con Puigdemont, todos los días o por lo menos cuando se encontraban en Madrid o en Barcelona. Mantenía que todo era un puro teatro para tenernos entretenidos y así no hablamos de la corrupción del PP ni tampoco de la catalana porque, según ella, que es muy redicha, es un acuerdo entre ambas facciones o fracciones o como sea.

La madre de Josito, hecha un obelisco o basilisco o como se diga, puso el grito en el cielo y dijo: “Yo los desterraba a los dos, pero juntos y hasta que no vinieran dándose besos en la boca, como los rusos, no los dejaba volver, porque esa es la única forma de que se lleguen a entender” “¡Hay que ver no ser capaces de hablar con el problema que tienen encima ¡”.

La verdad es que es muy exagerada, pero no le falta razón. ¿Cuántos matrimonios de la época franquista, que no había divorcio, terminaron llevándose bien? Un montón y eso es porque están juntos sin remisión y al final acababan entendiéndose. Muchos de ellos, incluso después de las jubilaciones, han cambiado los papeles y los maridos que antes mandaban mucho ahora mandan menos, mientras las mujeres antes sumisas y poco dadas a contestar ahora se han vuelto reivindicativas. Y eso es por el aburrimiento, no van a hacer siempre el mismo papel, en algún momento habrá que cambiarlo… digo yo.

Creo que las arcas nacionales ¿se dice así? o ¿son las de Hacienda? deberían pagarles a Rajoy y Puigdemont un viaje sin fecha de retorno, sino a condición de que se entiendan. El destino lo tengo clarísimo: la isla de Perejil, allí frente a las costas africanas, haciendo un “supervivientes” particular y tan televisado como sus comparecencias informativas. Así se organicen para la pesca, la caza y fregar los platos y, en algún momento, que se ofrezcan el café… ¿No es una buena sugerencia para las audiencias de la tele? 

Sara