Lucas Torres: ¿Era una "gilipollez dura y gorda", como usted dice?

No es que se trate de un político políticamente correcto y aquí ni vale la redundancia, porque un político de verdad es otra cosa más elegante, ni valen sus expresiones habituales como asegurar públicamente que el presidente de Castilla-La Mancha es un “hipócrita, caradura, inhumano, frívolo, irresponsable, mentiroso y un cadáver político” o el vicepresidente, García-Molina, es un “comunista rancio y casposo”.

Ahora, en una sesión plenaria del Excelentísimo Ayuntamiento de Campo de Criptana que preside, Lucas Torres se ha referido a una iniciativa de la oposición como una “gilipollez grande y dura”. ¿De qué se trata?

El pasado día 5 de octubre publicamos en Dclm un artículo titulado ¿Ampara Lucas Torres una dudosa legalidad? Nos referíamos al concejal Javier López Reíllo, mano derecha del alcalde, que había sido liberado con un sueldo de 1.800 euros brutos al mes, como dice la Ley con dedicación exclusiva. Sin embargo, el concejal liberado del PP, trabajaba en el ayuntamiento de Villacañas, como profesor de la Escuela Municipal de Música, lo que, según la Ley de Bases de Régimen Local, es incompatible.

El asunto no debía ser una gilipollez, como dice el alcalde porque, a los pocos días de aparecer en los medios, López Reíllo renunció a la liberación como concejal.

En el último pleno, la oposición pidió responsabilidades por tal ilegalidad y Lucas Torres volvió a mentir cuando aseguró que el PSOE E izquierda Unida habían aprobado el régimen de liberaciones. Eso no es cierto, porque ambos partidos votaron en contra.

Una ilegalidad no es una gilipollez, aunque a muchos del PP por lo visto si les parece así, y ahora el propio alcalde se responsabiliza de ella por no haber pedido, dice, en su día la posible compatibilidad para que su concejal pudiera cobrar dos sueldos de dos ayuntamientos. No lo hizo porque posiblemente no sea legalmente posible.

El alcalde consintió, lo que impide la Ley de Incompatibilidades del Personal al Servicio de las Administraciones Públicas y fue él mismo quien hizo daño al propio López Reíllo. Pero Lucas Torres prefiere no respetar a los votantes de la oposición y llamar “carroñeros” sin ningún tipo de rubor a los que le piden explicaciones porque quieren saber qué se hace con el dinero de todos los ciudadanos de Campo de Criptana.

Antonio Lucas Torres se permite insultar como el resto de los diputados del PP de Cospedal, pero, eso sí, es uno de esos patriotas del PP que lleva una pulsera con la bandera de España.

elObservadorDCLM