Los Hitos: un viaje al siglo VI

Al sur de la ciudad de Toledo, otrora capital visigoda, perviven numerosos restos, muchos de ellos monacales, de construcciones de la época altomediaval, como Guarrazar, Melque, San Pedro de la Mata o Los Hitos. Estos dos últimos enclaves probablemente formaban un conjunto y están separados entre sí apenas por unos tres kilómetros. Se localiza al pie de la sierra de los Yébenes, en su parte norte, junto a la vía que unía Toledo y Córdoba, dos de las ciudades más importantes de la península en el siglo VII.

Este conjunto estaría compuesto, probablemente, por un palatium o residencia autocrática reconvertida para la función funeraria (Los Hitos), y un monasterio del que sólo se conservaría la iglesia (San Pedro de la Mata)

Recreación del palacio original

El yacimiento de Los Hitos  se ubica en una pequeña colina cerca de la pedanía de Arisgotas, un enclave de menos de un centenar de habitantes dependiente de Orgaz (Toledo). Hasta hace poco se especulaba con que se trataba de un antiguo convento, pero la vuelta a la actividad arqueológica en julio de 2016 ha desvelado alguno de los secretos que se guardan entre sus piedras.

Investigadores del renacimiento toledano ya tenían conocimiento en el siglo XVI de la existencia de este yacimiento. En la época contemporánea, la primera noticia del yacimiento se remonta al año 1947, cuando el arqueólogo alemán Helmuth Schlunk intuyó la existencia de Los Hitos, un nombre nacido de los continuos hallazgos de restos de escultura y sillares que los vecinos extraían con sus arados y que han utilizado para ornamentar las fachadas del municipio y decorar sus patios.

Ya más recientemente, entre finales de los años 70 y principios de los 80 del siglo pasado, el arqueólogo toledano Luis Balmaseda Muncharaz excavó los restos y los interpretó como la cabecera de una gran iglesia de época visigoda. Pero ha sido ahora cuando se puede afirmar lo que realmente había en este espacio hace quince siglos.

Según el director de la excavación, el arqueólogo Jorge Morín, el yacimiento de Los Hitos estuvo en pie hasta el siglo VIII y fue en realidad un palacio de dos alturas del que brotan dos pórticos sobre una planta "mimética" a la iglesia prerrománica de Santa María del Naranco (Oviedo), de la que sería precedente.Enterramiento principal en el panteón funerario

El espacio inferior de este palacio fue un panteón funerario, en el que hay un sarcófago que "parece de mármol" pero que en realidad es de "alabastro duro de la cuenca dendrítica del Tajo", según Morín. En este "espacio privilegiado" han aparecido 40 tumbas del siglo VII, cubiertas por lajas de piedra, con restos humanos, pero saqueadas a lo largo de los tiempos en su mayoría.

Entre las piezas encontradas en el recinto hay una inscripción asociada a un enterramiento principal que el equipo investigador del yacimiento interpreta como una alusión a la conversión de los visigodos al cristianismo, además de varios recipientes parecidos a una botella en los que entonces se traía a la península vino norteafricano, una flauta y relieves de la decoración exterior del palacio en granito y del interior en caliza marmolizada. “Demuestra la capacidad que tenían las élites de importar productos de lujo. Sabemos que en la Vega Baja de Toledo (otro importantísimo yacimiento visigodo, a 30 kms) consumían ostras”, señala Jorge Morín.

Restos óseos en una tumba

Entre los restos óseos de una adolescente se encontraron también dos remaches con una flor de cuatro pétalos de bronce dorado con esmeraldas, realizados con la misma técnica que la empleada en las joyas del tesoro visigodo de Guarrazar (encontrado en Guadamur, a unos 35 kms). “Esto nos cuenta que era un enterramiento civil”, concluye el arqueólogo, que sostiene que el palacio terminó convirtiéndose en un mausoleo funerario para la adinerada familia y sus súbditos.

La finca, que fue adquirida por el Ayuntamiento de Orgaz para recuperar el yacimiento, está situada en la confluencia de dos arroyos, en un terreno menos deforestado en tiempos de los visigodos que hoy día y con más caza, donde la aristocracia escapaba del calor veraniego de Toledo, ciudad emplazada a "una jornada a caballo".

Los Hitos, antes de iniciarse la última campaña de excavaciones

El arqueólogo Jorge Morín ha destacado la singularidad de este palacio: "En el siglo VI, el único espacio donde se construyen edificios abovedados y de dos plantas es en la Hispania visigoda. Ni en Francia, ni Italia o Reino Unido; eso quiere decir que el resto de lo que sería la cultura del mundo romano se conserva en estos espacios".

Más tarde los árabes cerraron el complejo, lo ampliaron y lo convirtieron en una gran posada fortificada en la vía que comunicaba Toledo con Córdoba, la misma en la que se encuentra Melque.

“Es la primera vez que se documenta un conjunto de este tipo y sus diferentes fases en la península”, asegura Morín.

El viajero que se acerque a este paraje podrá contemplar la planta del palacio, gran parte de los muros exteriores e interiores que separaban las estancias, las tumbas o un canal de desagüe, así como la planta de la iglesia.

Dos veneras de Los Hitos sobre la tumba de Simón Martín del Bals

El complejo fue abandonado y expoliado durante siglos. Por eso le llaman Los Hitos. Es recomendable pasearse por Arisgotas para descubrir en las fachadas de las casas relieves visigodos del palacio; en la misma iglesia hay empotrados casi una veintena. Y en el pequeño cementerio, sobre la tumba de Simón Martín del Bals, pueden verse otras dos magníficas veneras. Este agricultor estaba fascinado a principios del siglo XX con Los Hitos y cargadas en su burro se iba llevando a casa todas las piezas que podía. Murió por gangrena en 1917, al dispararse accidentalmente en un hombro con su escopeta cuando regresaba cargado de relieves visigodos.

En Arisgotas es también interesante visitar el pequeño museo formado por las piezas visigodas que algunos vecinos guardaban en sus casas y que donaron para este fin. Cuenta con paneles explicativos y una gran maqueta que permite hacerse una idea de la cercanía de otros yacimientos visigodos, como el de San Pedro de la Mata, en la pedanía sonsecana de Casalgordo, a apenas un par de kilómetros.

Arco del yacimiento de San Pedro de la Mata

En San Pedro de la Mata aún se mantienen en pie gran parte de los muros exteriores y varios arcos interiores de una iglesia rural cuyo origen se remonta al siglo VII y a la que se le fueron añadiendo otras estancias y elementos. Probablemente perteneció al mismo latifundio que el palacio de Arisgotas. El yacimiento está abandonado, pero merece una visita. Se puede llegar hasta él por un camino que parte del vecino municipio de  Casalgordo.