¿Quien querría un cementerio nuclear en su casa?

Tras conocer la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha, en la que se le da la razón al Gobierno de García-Page, en relación al TC de Villar de Cañas (Cuenca), los que defendemos esta tierra hemos sentido una cierta tranquilidad, comprobando los extremos de la misma. 

Sin embargo el diputado "cunero" y Ministro de Justicia, Rafael Catalá, que representa a la provincia de Cuenca en el Congreso de los Diputados, sigue insistiendo en que se trabajará desde el Gobierno central para que "dicho proyecto esté dotado de todas las medidas de seguridad y protección del Medio Ambiente", por lo que es evidente que no ha leído la sentencia, porque si lo hubiera hecho habría comprobado que esta se fundamenta en la falta de los recursos hídricos necesarios en la zona para llevar a cabo la mencionada actividad. Esta es la razón por la que la JCCM pidió la anulación del POM, al comprobar la existencia de tres informes de la Confederación Hidrográfica del Guadiana en los que no existe concesión de aguas para ello, porque consideran que los recursos necesarios son excesivos. 

No hay medidas de seguridad ni ambientales a las que ellos no hagan frente, lo que hay es una carencia de agua en la zona que no permite la instalación de la industria en ese lugar. Por otro lado, Catalá, pone en tela de juicio una sentencia dictada por un tribunal que está compuesto por jueces imparciales, siendo en este caso "juez y parte" de un asunto sobre el que no debería opinar, al menos en público, para evitar la pérdida de imparcialidad de quienes tienen que resolver los litigios por la vía judicial, porque al fin y al cabo es el ministro de Justicia y podría condicionar decisiones judiciales sin querer en sus declaraciones.  

Lo que los ciudadanos observan en su persona es la notable contradicción que existe entre ser diputado por Cuenca, ministro de Justicia, probable candidato a la presidencia de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y brazo ejecutor de Cospedal. Contradicción que por otro lado está poniendo su credibilidad en entredicho desde la perspectiva de la ciudadanía. Lo mejor para Catalá sería velar, por la provincia de Cuenca y por la Administración de Justicia sin lugar a dudas, porque la primera pregunta que nos viene a la cabeza cuando escuchamos al diputado por Cuenca hacer esas aseveraciones es ¿Quién querría instalar un basurero en su casa? para respondernos automáticamente a nosotros mismos, "se nos olvida que es cunero".

Dclm.es