Las "soflamas identitarias" se deben apaciguar en Murcia

Este fin de semana nos desayunábamos las declaraciones realizadas por el Secretario General de los socialistas murcianos, Diego Conesa, con titulares como que "Será valiente y hablará con los presidentes de Valencia y Castilla-La Mancha". No es necesario ser valiente para hablar con Ximo Puig y Emiliano García-Page. Con quien tiene que ser valiente el secretario general murciano es con el presidente de su región, Fernando López Miras, de quien él mismo dice que lleva retrasando las soluciones para el agua dos meses, sin atisbo alguno por su parte de colaborar en un Pacto Nacional del Agua. 

Con quién realmente debe hacer ejercicio de coraje y valentía, además, es con la ministra de Agricultura, García Tejerina que, a juzgar por las noticias, tiene "hilo" abierto y directo con el presidente de su Comunidad, para buscar soluciones con las desaladoras. No hace falta ser muy valiente para hablar con el Gobierno de Castilla-La Mancha, entre otras cosas porque ya no tiene agua que repartir, una vez esquilmados los embalses de cabecera, pero sí hay que tener arrojo para dirigirse al Gobierno de la Nación y pedir inversiones en mejora de las infraestructuras de las desaladoras y el abaratamiento del precio del agua. 

Se equivoca Diego Conesa en su estrategia, cuando dice que vendrá a Castilla-La Mancha porque "Si queremos pactos nacionales hay que bajar las soflamas identitarias" ¿Cuantas manifestaciones de regantes se han visto en los medios de comunicación por parte de los agricultores castellano-manchegos?, ¿Cuántas de los murcianos?

Las soflamas identitarias debe bajarlas en su propia tierra. Aquí no hay revueltas ni manifestaciones que reivindiquen el riego a pesar de la sequía y sus decretos. Aquí hay mucho malestar por los cortes de suministro de agua para beber, y si no que le pregunten al alto Tajo o a Menasalbas en Toledo, entre otros. Aquí no se amplían las zonas regables sin control. Aquí no hay balsas de riego no registradas, ni se nos evapora el agua de ellas. En nuestra tierra hay pocos campos de golf. Aquí hay un grifo abierto en Entrepeñas y Buendía, por donde se nos va el agua a raudales, que se pierde por  las roturas de los tubos del trasvase y llega al Mediterráneo cuando debería llegar al Atlántico. 

En esta tierra hay preocupación y desasosiego por el estado de los ríos, los embalses y las lagunas, pero no hay soflama identitaria. La soflama identitaria la tiene quien, sabiendo vacíos los cauces y los embalses, sigue pidiendo agua sin cesar, sin mover un solo dedo para buscar otras soluciones y sin estar dispuestos a pagar el precio de un agua, que discurre por un cauce que no es el propio y natural. 

Hace muy bien Conesa con intentar apagar las soflamas identitarias, pero para ello hace falta que salga de su región. Aquí ya apagamos las nuestras como podemos, que desde luego no es con el agua de los embalses de cabecera. 

DCLM