Razones para hacer huelga el 8 de marzo: La brecha salarial / Paloma Moratilla

Lo más importante del próximo 8 de marzo es que cada uno de nosotros y nosotras tenemos la libertad de decidir si secundar la huelga convocada o no hacerlo. En la vida cotidiana y rutinaria, donde los estereotipos se han asentado y la costumbre beneficia la educación machista, se hace necesario buscar ese revulsivo que nos haga entender y al mismo tiempo transmitir la necesidad de cambio en algunos comportamientos. La necesidad de acabar con la "tolerancia" a las desigualdades en los salarios entre hombres y mujeres es una reivindicación justa que refleja la convocatoria de huelga del próximo 8 de marzo.

Resulta bochornoso escuchar a la ex-presidenta de Castilla-La Mancha, Dolores de Cospedal, decir que "La huelga del 8 de marzo no tiene relevancia para las mujeres", cuando la repercusión social va más allá de las fronteras, al igual que las convocatorias. Es demostrar que no se vive en el mundo de los trabajadores, ni tampoco en el de las mujeres, sino en ese mundo paralelo hecho por la élite pudiente a quien le viene mal hacer la huelga del próximo jueves, argumentando que no la hará porque "no tiene criterio igualitario". Tal vez, Cospedal pretende confundir a la ciudadanía y hacer creer a los trabajadores que la llamada a la huelga es solo para el sexo femenino, sin pararse a pensar que son muchos los padres, hijos, hermanos, maridos o compañeros de vida quienes reclaman la ruptura de la esa "brecha salarial", que a día de hoy solo permiten con su  silencio el Partido Popular y Ciudadanos que ya han manifestado su NO APOYO a esta convocatoria. 

Que la ministra Dolors Montserrat diga que elige trabajar el 8 de marzo para hacerlo por la igualdad, denota una enorme falta de criterio. Cada una de nosotras lo hace 365 días al año, por esa razón este 8 de marzo debe ser  diferente. Los datos reflejan la petición sin dobles lecturas ni criterio ideológico porque hemos sabido que en 2016 la "brecha salarial" ha subido un 30% en nuestro país y que si hablamos de las pensiones de las mujeres, el índice se dispara hasta el 37%. De "aquellos polvos vienen estos lodos" que dirían nuestras abuelas, esas que cobran la pensión y salen a manifestarse en contra de la ridícula subida que ha hecho el Gobierno de Rajoy, porque no hay que olvidar que el 73% de los contratos a tiempo parcial en nuestro país, son de mujeres, algo que choca enormemente con la afluencia a las aulas universitarias, donde las mujeres suponen el 53% de los alumnos, sin embargo cobramos un 30% menos de salario que los hombres, y un 37% menos de pensiones que ellos.  

Las mujeres no nos sentimos radicales a la hora de pedir "Justicia Salarial", sino simplemente la aplicación equitativa de las reglas de juego establecidas en la Constitución Española. Si Inés Arrimadas ha decidido que no hará la huelga del 8 de marzo "porque prefiere centrarse en las cosas que unen a las mujeres", nada hay que una más a las mujeres que "trabajar por la igualdad efectiva en acceso a puestos de trabajo, pero también en la percepción de salarios".

En tu mano está hacer que las mujeres de mañana puedan disfrutar de esa Igualdad tan reclamada, deseada y esperada por la que luchamos las mujeres de hoy, aunque haya quien diga que trabaja por la igualdad un 8 de marzo en el que se convoca una huelga. Aunque desde el ministerio de Defensa se afirme que no tiene relevancia para las mujeres o que la convocatoria no tiene un criterio igualitario. Ni siquiera cuando una mujer afirma que no se hace la huelga porque prefiere centrarse en "las cosas que unen a las mujeres", pasando por alto que en este caso la unidad de las mujeres no es la del barrio, ni la del pueblo ni siquiera de la comunidad autónoma o el país, sino que existe una convocatoria que une a las mujeres en el ámbito internacional. 

Paloma Moratilla