Murcia regala frutas, Castilla-La Mancha sigue bebiendo agua de las cisternas

Todos hemos sido niños y jóvenes y hemos utilizado la zalamería para conseguir algún capricho. Un cariño al abuelo, un abrazo a la madre siempre nos ha reportado un "extra" de dulces o chuches. Estos son los comportamientos que nos recuerdan los regantes de Murcia, que regalan frutas y hortalizas para convencer a la población madrileña, saturada de concentraciones, manifestaciones y huelgas que cristalizan su tráfico y medios de transporte. Por eso los regantes murcianos, buscando la empatía de los madrileños, repartieron 30.000 kilos de fruta y verdura en la plaza de Callao, Cascorro y Lavapiés procedentes de Murcia, Alicante y Almería. Comportamiento "zalamero" para pedir agua de riego al Gobierno central amparándose en las últimas lluvias, cuando en la cuenca cedente sigue habiendo restricciones para el consumo humano. 

Evidentemente la cuenca cedente no puede repartir frutas, verduras ni hortalizas a los ciudadanos de Madrid, porque hay quien ha tenido que renunciar a la cosecha por falta del agua que se va por el trasvase Tajo-Segura a Murcia. Tampoco pueden regalar paseos en barco en  los pantanos de cabecera, porque estos se encuentran encallados en el lodo de lo que antes era un pantano. Los castellano-manchegos tienen que asumir la situación del Tajo y sus embalses pero además tienen que escuchar al presidente del SCRATS  (Sindicato Central de Regantes del Trasvase Tajo Segura), Lucas Jimenez, decir que "a pesar de contar con tan poco producimos el 98% de la alcachofa y el 30% de fruta". La huerta murciana contará con poco, pero la castellano-manchega ve cómo se pierde su riqueza en cada gota de agua, no excedentaria que sale de su cauce. No se puede llamar "poco" a los miles y miles de litros de agua que han salido de los pantanos de cabecera en dirección a la huerta artificial murciana, a la que se empeñan en llamar la "Huerta de Europa", que lo es gracias al Tajo. 

En ese acto, en el que se pasearon por las calles de Madrid regantes y altos cargos de Murcia, Juan Martín, presidente de Proexport, afirma que "se ha politizado en exceso el agua como una forma de captar votos". Si se puede captar votos con ello, es sin duda porque preocupa a la ciudadanía, y sí preocupa a la ciudadanía, debe ser algo que estudien, negocien, y solucionen los políticos sin lugar a dudas. El agua no está politizada, las autorizaciones ilegítimas de utilización sí parecen estarlo. 

Mientras, el presidente de Murcia, Fernando López Miras, afirma que "el PP avanza en un documento que recoge la sensibilidades de todas las autonomías" cuando no tenemos constancia siquiera de la reunión que haya podido tener con Castilla-La Mancha para conocer cuál es nuestra sensibilidad. Hay que recordar que el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, sigue esperando, tres años después, una reunión con Mariano Rajoy para hablar de este asunto, entre otros. 

El presidente de Murcia debería ser consecuente con sus propias palabras cuando dice que "se deben realizar trasvases siempre que la cuenca cedente tenga agua excedentaria" y dejar de pedir el agua del trasvase cuando los pantanos de cabecera están muy por debajo de sus límites máximos: Entrepeñas al 11% y Buendía al 10% a pesar de las lluvias de los últimos días. Entrepeñas actualmente con 95 hectómetros cúbicos está muy lejos de los 835 de su capacidad total.

Si el excedente es aquello que sobra o excede, es evidente que aún no es el momento para que la huerta artificial murciana vuelva a pedir agua del trasvase, por muy "zalameros" que quieran ser los regantes, regalando verduras a los madrileños, porque será intolerable que esto ocurra mientras los vecinos de Guadalajara y Toledo sigan bebiendo el agua de las cisternas.

Dclm.es