Castilla-La Mancha y la despoblación

Un gobierno responsable, debe acercar la sanidad, la educación, las infraestructuras, los servicios sociales y las telecomunicaciones a todos los habitantes de su territorio, en igualdad de condiciones, aunque este se encuentre disperso y repartido en cinco provincias y 919 municipios. Atender en igualdad de condiciones a 2.031.479 habitantes, repartidos en 79.463 Kilómetros cuadrados. Todo ello con un claro objetivo: Evitar la despoblación. 

Existen paisajes dispersos, con poca gente, poca población, pocos votos que llevan a ese lugar a una economía de subsistencia. Son los olvidados. Hace unos días el vicepresidente primero del Gobierno regional, Martínez Guijarro, decía que en la Alcarria conquense hay menos habitantes que en Laponia y desde luego que es así. 

La Alcarria Conquense, ese lugar donde se ubica la cabecera del Trasvase Tajo-Segura, vivió un día como unas 18.000 hectáreas de "huerta fructífera y de regadío" se vieron anegadas por los embalses de Alarcón, Entrepeñas, Buendía y Contreras. Eso supuso el abandono de la agricultura de cientos de jóvenes en aquellos años en los que el régimen franquista puso en marcha el mencionado trasvase. Fueron muchos los que tuvieron que abandonar sus tierras para buscar un empleo estable "en la ciudad". Y es que, como dice el profesor de la Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades de la Universidad de Castilla-La Mancha, Joaquín Saúl García, "buena parte de los factores que intervienen en la falta de desarrollo y dinamismo demográfico y económico de Cuenca" se encuentra precisamente en la construcción de estos embalses. El trasvase Tajo-Segura hipotecó, a juicio de los expertos, el desarrollo de toda la zona. El abandono paulatino y constante de la población en estos municipios ha llevado a esta comarca, compuesta de 69 pueblos, a acumular entre todos ellos un total de 9.154 habitantes, siendo Huete la más poblada con 1.776 habitantes entre los que se encuentran los correspondientes a sus 8 pedanías. Carrascosilla, Sacedoncillo y Villalbilla se encuentran ya deshabitados y La Langa con tan sólo 5 habitantes comienza a tener malos presagios. Olmeda de la Cuesta, por su parte, es el pueblo con la población más envejecida de España y  por esta razón ya ha puesto las barbas a remojar haciendo un esfuerzo para repoblar su paisaje con solares a bajo coste tratando de evitar la desaparición del municipio. 

Desde 2011, son 20.420 los habitantes de Cuenca que han abandonado la provincia y su ciudad baja de los 55.000 habitantes por primera vez. Es la única capital de Castilla-La Mancha que ve las cifras poblacionales en retroceso. 

Pero no solo es Cuenca, sino que también Toledo en las comarcas de Talavera y La Campana de Oropesa.  Ciudad Real: Comarca de Almadén y  Campo de Montiel. Albacete: Comarca de Sierra de Alcaraz y Sierra de Segura y la provincia de Guadalajara completa, salvo el área de influencia del Corredor del Henares requieren del apoyo institucional que ayude y empuje el progreso. Algo que se está haciendo a través de la Inversión Territorial Integrada (ITI), mediante ayudas a las entidades locales.  Cuando oímos hablar de la despoblación, difícilmente calibramos el empeño que algunos Ayuntamientos e Instituciones regionales tienen para paliar la situación. Los que tenemos internet de banda ancha en casa no reparamos en el enorme esfuerzo que puede suponer ubicarla en aquellos territorios en los que las compañías de telecomunicaciones no los consideran rentables  debido a la  escasez poblacional, lo mismo que puede ocurrir con el gas, los servicios o los transportes. 

Por todo ello es de agradecer, que existan personas en el gobierno regional, como Martínez Guijarro, que alcen la voz en su defensa. Que nos hagan pensar en esos lugares y nos ayuden a encontrar la empatía con ellos. 

Dclm.es