La guerra del centro

Dentro de un año, un mes y  una semana, los españoles volveremos  a las urnas  para elegir democráticamente a nuestros representantes en el Parlamento Europeo, en los Ayuntamientos y en la mayoría de las CCAA. Castilla-La Mancha será uno de los territorios que más cambios soporte a partir de mayo/2018 con la irrupción de Ciudadanos por vez primera en las Cortes.

La última encuesta de Celeste-Tel atribuye 11 escaños al Partido Popular (28,6% de los votos), 4-6  para el partido de Albert Rivera (16,8 de los sufragios);  14-17 escaños para el Partido Socialista (37,2%) y entre 1 y 3 puestos para Podemos, con un 9 por % de las papeletas.

Ciudadanos a escena

La lectura de la encuesta es sencilla: Emiliano García Page (EGP)  ganaría los comicios con 9 puntos de ventaja sobre el PP. Los socialistas moderados de Page rozan la mayoría absoluta. La presencia naranja garantiza la continuidad del actual inquilino del Palacio de  Fuensalida que podrá pactar, desde el centro, más y mejor una legislatura sin sobresaltos. ¿Por qué adelantamos que Ciudadanos apoyará al PSOE? Porque apuntalando las candidaturas más votadas (en Andalucía, en Madrid, en Murcia, en Castilla-León o en Rioja), sin chantajes de prebendas y de cargos, ha demostrado que hay otra forma de hacer política cambiando los viejos usos del bipartidismo.

Otra lección aprendida es la de que rebajar de 49 a 33 los diputados en las Cortes Regionales fue un error de libro que perjudica sustancialmente a los populares siempre con problemas para encontrar compañeros viaje.  Un dato a considerar es que el PSOE/C-LM sería el partido más votado, especialmente en Ciudad Real donde la gestión del secretario general y presidente de la Diputación José Manuel Caballero le garantiza la continuidad en la corporación provincial. ¿Qué efecto tendría en las alcaldías de las principales ciudades, en el resto de Diputaciones y en la FEMP-C-LM? De nuevo, recuperar la  hegemonía bonista del PSOE.

La encuesta se realizó en pleno debate sobre la prisión permanente revisable, que dañó mucho al PSOE por enrocarse  Pedro Sánchez en el  “no es no”,  alineándose con las mareas de Podemos y los nacionalistas separatistas. Y, a la vez, con la celebración de la fallida Escuela (socialista)  de Buen Gobierno  que solo sirvió para visibilizar la ruptura interna del nuevo socialismo.

El PP castellano-manchego sólo tiene dos opciones: recuperar como candidata a María Dolores de Cospedal –la presidenta de los tiempos difíciles que no supo rodearse de colaboradores eficaces (especialmente en comunicación) para defender su legado-, y el actual secretario general Vicente Tirado, el rostro más conocido en la Región. Pero el banquillo es amplio: apunto un nombre más: Carmen Riolobos, la senadora toledana.

El Partido popular  ha sido el más perjudicado por el Acuerdo PSOE-Podemos. La entrada en el Ejecutivo a golpe de coche oficial y de decenas de cargos con Visa rompió el sueño popular de hacerse más exigente en la oposición. Algún día, alguien contará, como el compromiso  alcanzado en Toledo entre Garrido y Tirado, con el beneplácito de Page y Cospedal, naturalmente, se vino abajo tras un almuerzo en el Restaurante Samarkanda de la estación de Atocha. A los postres se ultimaron los detalles.

El veedor de Ferraz, llamó a casa de Pedro Sánchez para que diera el OK. Ante la sorpresa de todos, se reiteró en otro “no es no”. Y ahí se acabó la historia. Page se vio obligado a pactar con los amigos de Iglesias que unos días después viajaban a Barcelona para apoyar el “derecho a decidir” de los separatistas natos y de los colaboracionistas de Ana Colau.

Si las tendencias no se tuercen, en la próxima legislatura podemos tener un gobierno de extremo centro  (con hasta 29 diputados). Una excelente ocasión para que PSOE, PP y Ciudadanos, desde la moderación, inicien las reformas que Castilla-La Mancha necesita, empezando por la interminable  guerra del agua que se extiende con las sequías y con las lluvias.

Nación y trasvases

La defensa de la Nación y los trasvases del Tajo-Segura,  serán las dos  ideas-fuerza más sólidas en la campaña electoral que ya ha comenzado. EGP superó con creces las primarias-trampa de Sánchez, el Pacto impuesto con Podemos,  superó el congreso Regional, se instaló en el centro-centro y se ganó una autonomía política y un relato que le están dando ya sus réditos.

Frente a la España Federal –nadie sabe qué es eso en el PSOE-, Page explica un relato  claro: “España no es un Estado plurinacional; es una de las naciones más antiguas del mundo”. Defensor de la Constitución  de la Monarquía, se posicionó en contra del PSC cuando pidió la amnistía para los golpistas –“sin haber sido juzgados”-  y discrepa con buena parte de su Ejecutiva Nacional en la resolución del problema catalán, apoyando a los jueces y denunciando la inmersión lingüística: “Los padres catalanes tienen derecho a que sus hijos estudien en español”. Abundando en su sensatez, pide a su secretario general que “vuelva al pacto por la educación, que se entienda con Ciudadanos,  que no se escore a la extrema izquierda” y adelanta que “la unidad del partido no va a ser excusa para el resultado electoral”.

60 hectómetros de injusticia

Page sabe mejor que nadie que su mensaje centrado y centrista le ha dado y le dará réditos electorales sin contaminarse con las propuestas de Sánchez, Iceta, Ximo Puig o Armengol. Y reclama autonomía interna y externa. Su abierto desencuentro con la ministra de Medio, Isabel Tejerina y  el presidente Mariano Rajoy, tras imponer un trasvase de 60 Hms. cúbicos hasta julio, le han convertido en el líder (y en la víctima)  del inevitable Plan Hidrológico Nacional (PHN). 60 Hms. de injusticia.

Partiendo del principio de que el agua es de todos, no es justo –y habrá que modificar la ley- para que los perjudicados por la solidaridad seamos siempre los mismos, los de la cuenca cedente. ¿Es que nuestras gentes y nuestras tierras no tienen sed? 

Hoy, los embalses  del Júcar y del Segura están en mejores condiciones que las del Tajo (apenas un 21 por ciento de capacidad). Y los valencianos y murcianos siguen chantajeando a Moncloa mientras almacenan agua para revenderla (ilegalmente) en tiempos secos.

Entiendo el enfado del presidente Page –que es el nuestro- pero, sinceramente, no creo que las desaladoras de la actual presidenta del PSOE, Cristina Narbona, sean la solución. Fueron un derroche en 2004-211 y hoy son un fracaso mayúsculo. Basta contemplar las inundaciones del Ebro y sus afluentes para comprender que el PHN es más importante que todos intereses de los partidos juntos. 

Comulgando con Pepe Bono, “no puede entenderse que sea más rentable dejar que el agua dulce llegue hasta el mar para después desalarla”. Lo sensato es un Pacto por el Agua para almacenarla y distribuirla cuando se necesite. Hemos abandonado la energía nuclear de quinta generación y ahora desertamos  de construir pantanos y embalses, por cierto, una iniciativa muy socialista en tiempos de Indalecio Prieto.

A toda urna

La guerra del agua es el mejor argumento para que EGP relance su baronía socialista  compaginándola con una proyección nacional que le permitiría llegar a ser un estadista. Faltan estadistas.

En poco más de año y medio comprobaremos la fuerza real del PSOE  y del doctor Pedro Sánchez,  las soluciones a la sequía son todo un programa electoral y de gobierno para C-LM. Y en este empeño debería hacer piña con PP y Ciudadanos.

Conviene recordar que desde el 15 de diciembre de 1976, el día que pasamos de ser súbditos a ciudadanos refrendando la Ley para la Reforma Política, los españoles hemos confirmado 4 referéndums, 8 legislaturas europeas, 13 elecciones generales, 10 municipales y otras tantas autonómicas. Cincuenta y dos años después disfrutamos la sexta Constitución Española (1978), un texto que garantiza los derechos y deberes de 47 millones de personas.  Somos un Estado Social y de Derecho. Las citas a toda urna en menos de un año, serán decisivas para garantizar nuestro estado de Bienestar.

La guerra del agua continúa entre Aragón, Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia y Castilla-La Mancha. Y entre los partidos populares y socialistas de esos territorios. La guerra por ocupar el centro en nuestra tierra entre tres partidos moderados y constitucionalistas debería conducirles a elaborar un Plan Hídrico  en las Cortes regionales y extender el modelo al Parlamento de la Nación para elaborar un  Plan Hidrológico Nacional consensuado por la inmensa mayoría.

Los españoles nos merecemos un compromiso de solidaridad de esta trascendencia. El agua es vida.

Antonio Regalado