¡Viva el vino!, que por eso lo bendicen / Miguel Nieto

Desde que Rajoy exclamara ¡viva el vino!, sus seguidores se afanan en demostrar los beneficios para la salud y el bolsillo. La prueba empírica de lo que decimos la explicó la directora de la radiotelevisión pública. Dijo Carmen Amores que la deuda contraída por una empresa con la tele por organizar un mundialito de fútbol en Ciudad Real, la terminó pagando con botellas de vino. Volvemos al pago y el cobro en especies, o sea la modernidad.

Dolores de Cospedal, Nacho Villa y la intemerata en el Pp recuperaron para los nuevos tiempos, ya saben los de pagar con el móvil, el trueque y el intercambio de bienes materiales para saldar deudas. ¡Pues a sus pies!, porque demuestran que el paleolítico está de moda a pesar de los adelantos. Como les contamos, el dinero de los castellano-manchegos hecho vino y a brindar, que por eso lo bendicen, ¿o no?

¿Y hay Tribunal de Cuentas que ponga un pero a semejante transacción? Que se atrevan; el trueque siempre fue legal y aunque a los ojos públicos resulte pelín llamativo, lo cierto es verdad y lo demás un invento. Claro que puestos a ello, la empresa deudora podría haber sido más generosa y aportar unos cacahuetes como mínimo, porque a palo seco...

Pero volvamos a las cuentas: 150.000 euros divididos entre 4.000 botellas, la unidad sale a 37,50 euros. Les proponemos un reto, váyanse a la mejor carta de vinos del restaurante más afamado y vean lo que se puede comprar con ese dinero. ¡Nivelazo de vinos de Ribera del Duero y Rioja!

Verán que hasta el momento no hemos dicho nada en contra del pago en especies. Pues bien, el único problema que vemos a la operación es que ni se comercializaron las botellas ni sabemos su uso y disfrute. Bueno sí, tenemos noticias de que 1.000 de ellas fueron a parar a la zona noble de la tele regional, es decir a los aledaños del despacho del director general Nacho Villa. ¿Se las bebió?, ¿las regaló?, ¿las sirvió en las comidas? Especular es gratis, ya saben.

Y también nos preguntamos si los miembros del Consejo de Administración de la tele en aquellos tiempos, doña Mari Carmen Martín, presidenta, y el portavoz, don Luis Maldonado, cayeron en la cuenta de la jugada de don Ignacio Villa. ¿Lo cataron? Y si es que sí, ¿les estuvo bueno?, ¿nos podrían decir los aromas en nariz y en boca? Porque sabemos que valía la botella a 37,50 euros pero no tenemos conocimiento de qué clase de vino hablamos, qué variedad, si garnacha, si tintorera, si tempranillo. Un torrente de información que sabida nos daría la posibilidad de valorar el vino y el por qué del trueque.

Desguarnecidos por tanto de noticias sobre el néctar, nos quedamos en las pámpanas de la cepa, es decir en poner en blanco y negro el no va más de una operación económica que le salió redonda a quien tenía la deuda y menos a las arcas públicas de Castilla-La Mancha. Eso sí, tenemos que agradecer a Cospedal y a Villa que la deuda se saldara en vino, porque no queremos ni imaginar si hubiera sido en melones, ponemos por caso. ¿Cuántos melones por ese dinero? ¿Y qué hacer con ellos? Gracias por su sabiduría y por su altura de miras en tocante a lo de pagar en especies se refiere. Sepan que si muchos castellano-manchegos pudiéramos saldar la hipoteca de esta guisa, a buenas horas no habríamos sembrado ya un bancal de patatas. Eso sí, los bancos serían entonces tiendas de ultramarinos y supermercados. Por ello, dejémoslo estar que bastante tenemos ya con el vino.

¡Viva el vino!, dixit Rajoy.

Miguel Nieto/periodista