El reparto territorial de los riesgos nucleares

La página web del Foro de la Industria Nuclear española, explica que "España espera contar con un Almacén Temporal Centralizado, en Villar de Cañas (Cuenca). Una instalación diseñada para guardar en un único lugar el combustible gastado y los residuos radiactivos de alta actividad que se producen en España". 

Hasta el momento se ha hablado de basurero nuclear o de residuos nucleares, pero poco o nada se ha dicho a la ciudadanía de "residuos radiactivos de alta actividad". Se nos ha contado que todos ellos se concentrarán en Villar de Cañas de forma permanente. La misma página sigue explicando que "hasta que el ATC esté operativo, los residuos se encuentran perfectamente vigilados, controlados  y almacenados en las propias centrales nucleares en ATI", es decir Almacenes Temporales Individualizados. 

Hasta la fecha se han cerrado las centrales nucleares de Garoña en Burgos (2017), Zorita en Guadalajara (2006) y Vandellós I en Tarragona (1989), pero quedan en funcionamiento Almaraz I y II en Cáceres, Ascó I y II en Tarragona, Cofrentes en Valencia, Vandellós II en Tarragona y Trillo en Guadalajara. Todas ellas tienen a buen recaudo los residuos nucleares que generan y que pretenden trasladar a Villar de Cañas. 

Estos  residuos radiactivos de alta actividad, son definidos por el Consejo de Seguridad Nuclear como aquellos  que contienen emisores alfa de vida larga, con período de semidesintegración superior a 30 años, en concentraciones apreciables y que pueden generar calor por efecto de la desintegración radiactiva, ya que su actividad específica es elevada. Adicionalmente, a efectos de gestión integral, se incluyen también en este conjunto aquellos otros residuos de Media Actividad que por sus características no son susceptibles de ser gestionados de forma final  y requieren instalaciones específicas para ello. 

El ATC de Villar de Cañas aún no existe, pero sí la experiencia vivida en Garoña (Burgos) donde se elevaba hasta en 15 grados centígrados la temperatura del agua del río Ebro. Más de diez grados por encima del límite permitido, según la denuncia presentada por Greenpeace en la que pedía el cierre de esta central nuclear, algo que ocurrió en 2017. 

SIETE MIL TONELADAS DE COMBUSTIBLE

Sabemos por tanto que el ATC podría albergar alrededor de 7.000 toneladas de combustibles y residuos nucleares, y más de 1.900 metros cúbicos de restos procedentes del desmantelamiento de instalaciones nucleares, y con ello se ocuparía tan solo el 50% del total previsto en esta planta. El resto, debemos suponer que se ocupara con el cierre de las demás centrales nucleares como Cofrentes, previsto para 2021, Almaraz y Ascó I, en 2023, Trillo, en 2024, Ascó II, en 2025 y Vandellós II, en 2027.

EL REPARTO TERRITORIAL DE LOS RIESGOS NUCLEARES

El reparto territorial de los riesgos nucleares actualmente es simple: Cataluña tiene tres en funcionamiento, Vandellós II y Ascó I y II. Extremadura tiene dos, Almaraz I y II. En Valencia está Cofrentes y Castilla-La Mancha tiene la central Trillo. Todas ellas en activo. Por su parte las Centrales Nucleares que se están desmantelando están ubicadas en Cataluña (Vandellós I); Castilla León (Garoña) y de nuevo Castilla-La Mancha, donde se encuentra Zorita. 

Si nos fijamos dónde se encuentran los almacenes externos de basura nuclear, veremos que los de baja actividad se encuentran en Andalucía (Hornachuelos-Córdoba) y los de alta actividad pretenden ubicarse una vez más en Castilla-La Mancha (Villar de Cañas-Cuenca). 

Si, según el Centro de Seguridad Nuclear, actualmente los residuos se encuentran en sus lugares de origen, con todas las medidas de seguridad necesarias para evitar accidentes nucleares ¿Por qué no dejarlos dónde están? 

Dclm.es