Espartaco: La fuerza de la libertad decidida / Paloma Moratilla

Su mirada recelosa es la propia de quien se siente atacado, traicionado o explotado con excesiva frecuencia. Hablar de Espartaco es hablar de fuerza, sentido de la justicia y liderazgo que aplicó a la leal empresa de acabar con la esclavitud de su tiempo. No debe ser fácil vivir en un mundo en el que se compran y se venden personas, con el  único objetivo de buscar unos momentos de distracción o de ganar apuestas, como quien ahora compra un gallo o un perro de pelea. Siempre es urgente sacar al ser humano de ese infierno.

Su fortaleza física, fue aplicada en defensa de quienes más lo necesitaban y la que le marcó el camino por el que discurriría su vida. Decía Silvio Rodríguez en una de sus canciones ¿Qué cosa fuera la maza sin cantera? y tal vez cuando escribió la canción no pensó en Espartaco, aunque su letra define a la perfección la dirección vital de este personaje. La maza sin cantera es un amasijo de carne con madera, un eternizador de Dios en el ocaso y un servidor del pasado en copa nueva. 

Tal vez por esa razón Espartaco tuvo una maza y una cantera de yeso, donde cada golpe le iba preparando para rebelarse contra la injusticia de sentirse "propiedad" de alguien. Esa rebeldía se convirtió en exceso y le hizo destacar para ser llevado a la escuela de gladiadores, sin dejar de ser un "objeto" de entretenimiento para quien pagó por conseguirle... no ganarle. Pero en aquél lugar había 74 Espartacos más, que tenían, tal vez,  menos liderazgo pero si tuvieron buen criterio para elegirle cabeza de la fuga de aquella cárcel "moderna" y de "prestigio" e ir en busca de la libertad.

Hablar de Espartaco es hablar de vigor, energía y resistencia. De potencia moral. La suficiente como para sembrar la esperanza en todos aquellos que vivían sometidos al capricho de quien había pagado su precio. Fue esa esperanza que eleva el sueño a la realidad, el deseo a  la verdad y la injusticia al abandono, para vivir sin frontera metálica alguna que ponga cota o medida a los pasos en el horizonte, a las palabras pronunciadas o a los amores imposibles.

Hablar de Espartaco es hablar de decisión. De creer que no hay imposibles. De luchar contra el mayor de los monstruos con la seguridad de que la justicia existe. Mirada recelosa, silencio en su rostro. Observar, estudiar y convertir en realidad el sueño de muchas vidas aunque nadie le crea, porque Espartaco hizo temblar al mismísimo Imperio Romano en sus días de mayor gloria, hasta que una batalla imposible le hizo desaparecer para siempre.

Paloma Moratilla 

* Reflexiones ante la obra de Teo Puebla "MEMORIA Y GRATITUD" (2/13) 

Aviso al Lector: El Diario de Castilla-La Mancha acerca cada sábado a los lectores la obra del pintor toledano Teo Puebla, perteneciente a su próxima exposición titulada MEMORIA Y GRATITUD