¿No deberían lavarse la lengua?

Puede que todavía no se hayan enterado de que la Justicia ha condenado a su partido como partícipe a título lucrativo de la trama de corrupción más deshonrosa de nuestra historia en democracia. Es posible que no hayan leído que este mismo lunes los magistrados han considerado probado que el PP de Valencia pagó con dinero negro varias campañas electorales, por lo que, entre otros, han condenado a cuatro años de prisión al exsecretario general del PP de esa Comunidad, Ricardo Costa. Puede que no hayan digerido que se trata de otra condena más que se une a los 351 años de prisión para 29 de los 37 encausados en la trama Gürtel.

Puede que todavía no hayan digerido que el presidente de su partido ha tenido que dimitir tras la enorme deshonra que para Mariano Rajoy supuso que, debido a esa misma trama delictiva, una mayoría de diputados del Congreso decidiera apartarle de la presidencia del Gobierno de España, debate que Rajoy decidió seguir en un bar, ahogando culpas y penas.

¿No piden perdón? Todo lo contrario, los representantes de ese mismo partido en Castilla-La Mancha aumentan el tono de sus despreciables insultos vinculando ahora al presidente de la región con “los que apoyan a los terroristas” o “a quienes han matado policías y guardias civiles”.

No es la primera vez que desde el PP de Castilla-La Mancha se lanzan todo tipo de insultos que llevaron a la Junta a elevar una queja formal cuando el delegado del Gobierno de Estado en nuestra región, utilizaba expresiones contra el presidente Page como: "Capo de la mafia", "enemigo público número uno", "pequeño Artur Mas", "irresponsable en manos de irresponsables", "una persona frívola, irresponsable y perdedora" o "inestable mentalmente". O cuando el secretario regional socialista en Cuenca denunciaba insultos del PP en las redes sociales como “portacoz, “obtuso”, “cerril” o “culo pesicola”. O el alcalde del PP que llamó a la portavoz regional socialista "Puta barata podemita". O cuando el diputado del PP de Cuenca y exministro de Justicia, Rafael Catalá, aseguró que con el asunto del cementerio nuclear iba a perseguir a Page "como una mosca cojonera".

Y ahora ya, después de la dimisión de su presidente, siguen saliendo de sus bocas nuevas lindezas como "filoetarras, antisistema o traidores".

No paran, no se lavan la lengua, no demuestran un mínimo de dignidad reconociendo que pertenecen a un partido político manchado, condenado y ahora mismo descabezado y sin nadie que, de momento, tome en su seno el relevo de la decencia.

Los portavoces del PP en Castilla-La Mancha parecen crecerse tras cada sentencia judicial. Sus declaraciones ante los medios de comunicación nos llenan de vergüenza ajena ya que, al parecer, la propia la han perdido ya hace mucho tiempo.

elObservadorDCLM