Solidaridad: mucho más que una moción de censura

Solidaridad es por fin la palabra. Muy pronto nos hemos dado cuenta de que el cambio de gobierno, la expulsión de Mariano Rajoy y la defenestración del imperio del Partido Popular han supuesto mucho más una mera moción de censura.

El episodio del Aquarius nos ha descubierto que vivíamos tiempos de un egoísmo rampante en los que lo más normal era golpear a los mendigos que dormían en los cajeros, negar la atención sanitaria, desahuciar de sus casas a miles de familias y que la ex alcaldesa de Madrid, esposa de Aznar, vendiera cientos de viviendas sociales a fondos buitres que especulaban también con normalidad a la vista de todos. Los ricos se hacían más ricos, la clase media se hacía más pobre y los mendigos eran directamente apaleados.

Esa era la moda. Italia negó la entrada en sus costas del barco con los refugiados, eso era lo normal, Mariano Rajoy también lo hubiera prohibido.

Sin embargo, el simple gesto de Sánchez ha desatado en España y en Europa una oleada de solidaridad contagiosa. Ahora da la sensación que el ser humano vuelve a mirar a su prójimo, que ciertos gobiernos ultras estaban constriñendo nuestra natural tendencia a ayudarnos para salir adelante.

Si se abre esa puerta, podemos decir que estamos ya en parte salvados de la ola de egoísmo, de avidez y de codicia.

Esperemos que la oleada no se pare ahí, que al fin podamos librarnos de las manos que apretaban nuestros cuellos.

elObservadorDCLM