Mari Carmen Martín no entra en el Consejo de TVE ni con el VAR / Pablo Resto

El Partido Popular de María Dolores de Cospedal vuela tan bajo que en vez de un aéreo parece un submarino. Todo lo que propone va impregnado de cierto tufo a bronca que traslada al ciudadano lo más rancio del PP, o sea el pasado.

La última que hemos conocido es la propuesta del Partido Popular en el Senado para que Mari Carmen Martín, actual miembro del consejo de de Administración de CMM y anterior presidenta del mismo, fuera consejera del órgano de gobierno de Televisión Española. Alto y claro, ni ella podía aspirar a tanto ni TVE a tan poco. A decir verdad no fue en la lista que votó el Senado ni de suplente, pero bueno.

Es conocido que Martín ha sido la gran encubridora de los desmadres económicos de Nacho Villa en el tiempo que dirigió Radio Televisión Castilla-La Mancha, ahora CMM. Ella permitió que el director general llevara a las catacumbas del prestigio profesional a la cadena autonómica. Ella fue la que silenció los desmanes políticos y económicos del citado, la que no dijo ni pío cuando se convirtió el medio en la risión de todas las cadenas públicas, la que aceptó la bazofia de informativos, la que calló ante las desorbitadas cantidades que se pagaban por corresponsalías en Asia, la que no levantó la voz cuando se reían de los profesionales de la casa, la cómplice en que se inventaran los viernes en negro, la que miró para otro lado ante la barra libre de hoteles de lujos, restaurantes caros y regalos de don Ignacio Villa.

Que Cospedal decidiera pensar en ella por si acaso, era tanto como rebajar el nivel de sus consejeros a cota cero, porque lo que Mari Carmen Martín sabe no es de televisión, que eso es otro cantar, lo de ella es doctorado en fontanería.

Y bien que se encargó de cuchichear que había sido nominada por el dedo de la jefa para tan ilustre Consejo; pero no, los castellano-manchegos no hemos tenido la suerte de verla marchar. Por ello desde aquí pedimos que revisen el VAR (ya saben, ese aparatito del mundial) por si acaso se hubieran equivocado en la votación y pudieran rectificar. Pocas lágrimas se iban a derramar, aunque pensándolo bien lo mismo algún sindicato la echaba de menos.

Esta ronda de publicidad gratuita corre de nuestra cuenta. De nada.

Pablo Resto