¿Qué asesor de Bono tenía un cerebro mitad votos, mitad semen?

Es la pregunta del verano una vez resuelto el dilema sobre el nuevo seleccionador español de fútbol. En una entrevista concedida a la Sexta Noche, el ex presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, no se mordió la lengua, ni se corto un pelo. Dijo que Cospedal era como “La Maestra Ciruela que no sabía escribir y puso una escuela”, recordó que había hecho campaña activa a favor de Susana Díaz aunque ahora apoya con todas sus fuerzas al nuevo gobierno socialista de Pedro Sánchez; comparó a Torra con el nazismo, dijo que Franco fue un criminal y, dejó para el final al obispo Reig Plá, fustigador de placeres y relaciones sexuales. Ahí nos detenemos. Bono recordó que él tuvo un colaborador en Castilla-La Mancha con el cerebro dividido, “la mitad eran votos y la otra mitad era semen” para asegurar luego que el obispo tenía su cabeza llena de semen y que debía acudir a un especialista.

Hasta ahí todo correcto pero ¿quién era el colaborador de Bono que tenía media cabeza ocupada en conseguir votos para el presidente y la otra en pensamientos sexuales o, más bien seminales? Era como la leyenda de la aparición del cadáver de un hombre con la cabeza llena de semen, ¿de qué ha fallecido, doctor? Derrame cerebral, querido amigo.

Existen dos posibilidades en el caso que nos ocupa: el colaborador con el cerebro dividido era el que fue cura o el que fue seminarista, a uno de los dos se refería un Pepe Bono lleno de la experiencia y la jovialidad de quien tiene casi todo hecho en la vida.

Muchos pensaron que se trataba del ex seminarista pero el propio aseguró a DCLM que se trataba del que fuera cura aunque luego él mismo heredó esa configuración cerebral dividida entre hemisferios.

Lo dicho, Bono estuvo muy suelto y recordó mucho a una frase del escritor cubano Alejo Carpentier: “Por fin, asuntos de vivos y muertos se trataban en familia”.

DCLM