El mutualismo biológico o la sardina de Arrimadas

Lo bueno de rasgarse las vestiduras ante problemas trascendentales es no tener que resolverlos. Suelen practicar la técnica partidos carroñeros de votos que meten el dedo en la herida, la restriegan pero nunca aportan soluciones reales. Porque su interés está precisamente en la pervivencia del problema y no en su solución. Se trata de otro tipo de populismo porque el asunto catalán ha constituido en su momento la principal preocupación de los españoles. Cuanto más montaraz se muestra Quim Torra más aliado se convierte de Ciudadanos en una especie de mutualismo biológico o simbiosis de la que ambos organismos salen beneficiados. Arrimadas carga contra Sánchez y en vez de aportar no se sabe bien qué soluciones, reprocha al nuevo presidente del gobierno de España que haya dado el primer paso de un acercamiento desde el diálogo para intentar resolver el problema y no para enconarlo hasta que otra vez la indignación dispare las encuestas a favor de los únicos nacionales que no traicionan a España. Los que antes que poetas o carpinteros son españoles han agotado ya la veta de ese asunto que no tiene recorrido alguno para los votantes de la izquierda. El ascua a la que se arrima Arrimadas es ya una sardina de segunda división igual que, según los del PP, es Castilla-La Mancha para Cospedal.

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