…y ellos se juntan

Fueron las comidas del 134 por ciento. Soraya Sáenz de Santamaría comió pizza con sus colaboradores y Pablo Casado se fue a un restaurante con los suyos. Soraya aseguró que ahora mismo cuenta con el apoyo del 63 por ciento de los compromisarios y Casado, con un 71 por ciento. Ya exageraron y mucho con el número de militantes y ahora superan la velocidad de la luz en el porcentaje total.

Para lucir músculo frente a la adversaria, Cospedal y Casado convocaron a numerosos ex ministros, todos ellos colaboradores de María Dolores.

No parece ya ninguna sorpresa advertir que dos de ellos, José Manuel Soria y Rafael Catalá, fueron los brazos armados de Cospedal en la defensa y puesta en marcha del cementerio nuclear en Castilla-La Mancha. Soria fue una baja para la causa porque tuvo que dimitir al aparecer su nombre y apellidos en los Papeles de Panamá, una filtración que algunos atribuyen a…Soraya. En fin que lo negó y luego era cierto (eso fue también una constante en la escuela cospedaliana) y este ministro, de gran parecido a Aznar, tuvo que volverse a Las Palmas de Gran Canaria.

Rafael Catalá, otro firme apoyo de Casado, llegó en vuelo de paracaidista a Castilla-La Mancha donde el PP de Cospedal le presentó como diputado por Cuenca. El también ministro de Justicia se convirtió pronto en un activista justiciero a favor de la instalación del cementerio nuclear en Villar de Cañas. No le gustó en absoluto que el presidente del Gobierno de la región, Emiliano García-Page, iniciara una cruzada en sentido contrario, es decir contra la siembra del ATC en nuestra comunidad. Catalá perdió las formas cuando manifestó que iba a ser “la mosca cojonera” de Page en el asunto del cementerio "porque no vamos a consentir que se pare el ATC", es decir una mosca perseguidora de las que tocan mucho las zonas bajas. Ahora, Soria, Catalá y Cospedal deben estar que rabian con la decisión de Pedro Sánchez de paralizar el ATC. Algo importante deben haber perdido con la decisión del presidente del gobierno de perdedores,  algo muy parecido a la suma de Cospedal y Casado frente a la ganadora de la militancia, Soraya.

La titular de Agricultura es la mujer más rica del Congreso de los Diputados, con seis pisos, una planta fotovoltaica y cuentas por un valor cercano al millón de euros, además de participaciones en importantes empresas.

Tejerina fue la aliada de Cospedal a favor de los trasvases del Tajo a la huerta murciana. Los regantes pedían un trasvase y Tejerina volaba. La ministra llegó a trasvasar agua en momentos muy delicados para los embalses de Entrepeñas y Buendía. Los justificó cambiando el nombre de “trasvases” por “derivaciones” y explicando que concedía esas derivaciones de agua, en los peores momentos de un Tajo lleno de espuma, debido a las “previsiones de lluvia”. Es decir que, como parecía que iba a llover pues Tejerina aprobaba la conducción de miles de litros de agua del Tajo para Levante.

Ahora se ve que los cuatro mosqueteros están juntos con Casado. Que cada cual extraiga consecuencias sobre los significativos compromisarios que Cospedal aporta a Pablo, los ministros que, en efecto, le dieron todo su apoyo en sus traiciones a Castilla-La Mancha.

DCLM