¿Por qué están en un lugar que no les corresponde?

En estos días en los que Podemos está pidiendo la exhumación de los restos del General Moscardó y del golpista Milans del Boch, es inevitable reflexionar sobre cuáles fueron las razones por las que ambos personajes ocupan un espacio en la cripta del Alcázar toledano. 

La presencia en el edificio del primero, ha sido conocida desde siempre por la ciudadanía ya que durante toda la etapa franquista visitar el Alcázar significaba ser testigo de la "valentía" de Moscardó y la crudeza en las palabras dirigidas a su hijo consistentes hipotéticamente en la repetición de las ya pronunciadas por Guzmán el Bueno y que los visitantes podían escuchar una y mil veces introduciendo una moneda en un teléfono colocado al efecto.  No extraña a nadie que siendo el Jefe del Estado Francisco Franco y el alcalde de Toledo José Conde Alonso, a su muerte en 1956, el general Moscardó fuese enterrado en la cripta del Alcázar en agradecimiento a la resistencia mostrada durante el asedio del mismo, a pesar de que la rebeldía venía de estos últimos y la defensa de la legalidad vigente la ejecutaban quienes "asediaban". 

Sin embargo la sorpresa llega con la presencia de Milans del Bosch en la misma cripta del Alcázar. El ex-capitán general expulsado del cuerpo militar, fue el único de los capitanes generales que se sumó y realizó acciones ofensivas de importancia durante el golpe de estado del 23 de febrero de 1981. Sacó los tanques que paseó por las calles valencianas para colocarlos apuntando a los edificios emblemáticos de la ciudad, entre otros el Ayuntamiento y la Delegación del Gobierno en la Comunidad Valenciana, al tiempo que ordenó redactar un bando para declarar el Estado de Excepción. Fue el único que tras el mensaje del Rey Juan Carlos I se negó a deponer las armas durante varias horas e incluso estando ya en prisión participó en la conspiración golpista de octubre de 1982. 

Milans del Boch fue condenado a 30 años de prisión por rebelión militar, el delito más grave del que se puede acusar a un miembro de las Fuerzas Armadas aunque cinco años más tarde, en 1987, el Consejo Supremo de Justicia Militar redujo su condena a 26 años, 8 meses y un día. En 1990 fue indultado por su avanzada edad a pesar de que nunca se arrepintió de su comportamiento. 

Hoy sabemos que su cuerpo se encuentra depositado en la cripta del Alcázar de Toledo aunque sea difícil explicar cuáles son los méritos que le han llevado hasta allí, si la rebeldía de 1936 o la de 1981, en ambos casos vulnerando la legalidad democrática vigente. Si en el caso de Moscardó la decisión le correspondió a Franco como Jefe del Estado y a José Conde Alonso como alcalde de Toledo, en 1997 año en que falleció Milans del Bolch, la responsabilidad de este enterramiento recayó en José María Aznar, presidente del Gobierno y Agustín Conde Bajén, alcalde de Toledo. Tal vez sea ahora más fácil entender por qué el rebelde golpista se encuentra en un lugar que no le corresponde. 

Dclm.es