No llores por mi, María Dolores

En su última actuación ante la Junta Directiva del PP de Castilla-La Mancha, Cospedal volvió a mostrarse visiblemente emocionada y compungida, pena y turbación que ya mostró cuando dijo adiós a la secretaría general del PP en julio. Aseguró entre sollozos contenidos que ser presidenta del PP de Castilla-La Mancha “ha sido lo más importante y lo que más ha llenado mi corazón”· Nunca pareció tan sensible cuando aplicaba sus inmisecordes recortes y despedía a miles de personas.

Hay espíritus que piensan que unas lágrimas en un escenario son el mejor condimento emocional para ocultar el interés de ciertas decisiones, para esconder fracasos tras los pañuelos e incluso para disimular también otros pecados capitales como la soberbia, el provecho propio, la utilización o la ganancia. Todos saben que su intención es marcharse a Europa como eurodiputada, donde le espera un buen sueldo y una magnífica pensión.

No somos nosotros los más indicados para juzgar si Cospedal ha usado siempre el PP de Castilla-La Mancha para colmar sus intereses políticos y personales, eso deben decidirlo quienes ha dejado en medio de unas peleas internas mucho más intensas de lo que parece, abandonos en la sucesión como el de Tirado y Cañizares, un PP de Castilla-La Mancha en uno de sus peores momentos, sin líder, sin proyecto y sin un futuro cercano.

Eso, en el PP. En el resto de Castilla-La Mancha reina una gran sensación de alivio.

elObservadorDCLM