¿Dónde está Carmen Quintanilla?

El mismo día en que la prensa carroñera titulaba en primera plana que Pedro Sánchez había plagiado su tesis doctoral, el Congreso aprobaba la exhumación de Franco con la abstención del PP y Ciudadanos. Muchos no entenderán nunca por qué no votaron en contra, pero esa es otra historia. Porque, volviendo al mismo día jueves 13, en Castilla-La Mancha escuchábamos a dos líderes del PP justificarse por no presentar su candidatura a la presidencia del partido: Rosa Romero y Antonio Román.

Sorprendente fue que el PP de Ciudad Real no apoyara a Romero sino al alcalde de Almansa (Albacete) Paco Núñez. Algunos, expertos en caza mayor, conocedores de la verdadera dirección de los tiros, se preguntaban: ¿dónde está Carmen Quintanilla? Pues Quintanilla, diputada del PP por Ciudad Real, (que siempre sabe dónde hay que estar), estaba a la derecha de Paco Núñez esbozando una sonrisa delatora según iba presentando su candidatura el de Almansa que tenía, a su izquierda, a otro Paco, Cañizares y a Lola Merino, la ciudadana que defiende a los agricultores ecológicos y los lleva de turismo a las Cortes Regionales. Cañizares dijo claramente que no apoyaba a Rosa Romero.

Rosa dice ahora que no se presenta por responsabilidad y en aras a la unidad. Ya dejó Cospedal muy alto el listón de los listos y las listas, del desparpajo y el disimulo: Romero no se sentía en absoluto respaldada y respiró aliviada ya que no es de andar con el trasiego de ir por los pueblos de la región tratando de lograr lo imposible que ahora mismo es ganar a García-Page. Y mucho menos siendo vicepresidenta de la Mesa del Congreso, que no se había visto en otra. Esa es la responsabilidad de Rosa Romero. Quienes se presentan como candidatos son además conscientes de que, en el transcurso de la campaña, van a salir “cosas” que guardan debajo de las alfombras, ellos saben si deben exponerse o no.

Lo de Román es para realizar una tesis doctoral con plagio de Maquiavelo alcarreño y de quedarse además de un pasmo si no fuera porque ya estamos acostumbrados a escuchar de todo y lo contrario. Dice que está convencido de que habría ganado el Congreso si hubiera logrado una candidatura de consenso. Asegura que ahora no piensa apoyar a nadie aunque él cuenta con el apoyo de la militancia de Guadalajara. Añade que sin ese consenso no se pueden ganar las elecciones de 2019 pero que sí se pueden ganar las elecciones de 2019. En fin.

En candidato Núñez sigue con su andadura institucional por Castilla-La Mancha y parece que solo tendrá en frente al candidato Velázquez, el de Seseña para más señas. El que dijo que los socialistas eran unos vividores de la política en el mismo segundo en que se ponía a sí mismo un sueldo de 40 mil euros.

Seguramente Rosa Romero apoyará a Núñez porque es el candidato del aparato, aunque el aparato esté pendiente de enseñar alguno de los trabajos de su máster porque no ha enseñado ninguno mientras que Sánchez va a colgar el suyo en los muros (cuelgamuros le llamarán) para que todos puedan ya opinar que no fue un plagio pero si que, ahora, tal vez no fue merecedor del cum laude, aunque no entiendan una palabra sobre diplomacia económica.

Esa es nuestra Castilla-La Mancha y nuestra España, sin decir nada de los catalanes ni de los poderes fácticos que están insuflando las alas y bienes raíces de ciertos medios de comunicación para que caiga Sánchez antes que se estudie el máster de las inmatriculaciones.

Puede que, finalmente, Albert Rivera se huela un problema de narices que ya está en boca de muchos ciudadanos, valga la redundancia.

DCLM