Quijotes en tierra de Quijotes

Cuando don Quijote se enfrentó a los molinos pensando que era gigantes pronunció una frase que llena de ánimo a las personas luchadoras, capaces de conseguir sus objetivos a pesar de encontrarse con muchos obstáculos en el camino: “Bien podrán los encantadores quitarme la ventura, más el esfuerzo y el ánimo será imposible”.

No son molinos sino aviones pero la Mancha sigue siendo territorio de quijotes como lo demuestra la batalla librada con tesón y sensatez para mantener una empresa que puede cambiar el futuro de Castilla-La Mancha, el aeropuerto de Ciudad Real.

Es más que habitual en los últimos tiempos que los concursos de acreedores terminen en absolutos fracasos, excepto para quienes se aprovechan de ellos, administradores concursales, fondos buitres y otras entidades. Pocas veces se intenta reflotar una empresa, obtener beneficios, crear riqueza y empleo. Se reparten los restos del naufragio y a otra cosa.

Esta vez parece que se ha conseguido y hay que agradecerlo al tesón del juez de lo mercantil de Ciudad Real, Carmelo Ordóñez, y al presidente de CRIA, Rafael Gómez, dos quijotes en tierra de quijotes.

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