¿Será este el fin definitivo de Cospedal?

Ni la más intrincada novela política habría podido crear un personaje como el del ex comisario Villarejo. Y es que como siempre, la realidad supera la ficción. Este país tiene unas cloacas del poder bastante putrefactas a vista de los secretos y tramas que revelan el prolífico material que el ex mando de la policía guarda a buen recaudo y libera a cuenta gotas.

La última en temblar y ponerse en evidencia ha sido María Dolores de Cospedal ya que una nueva entrega del diario Moncloa.com ha revelado unas conversaciones mantenidas entre el siempre presente en los últimos tiempos de la actualidad española, el ex comisario Villarejo y el marido de la ex ministra ‘popular’, Ignacio de López del Hierro, en las cuales este último presuntamente utilizó a José Manuel Villarejo para obtener información privilegiada de investigaciones que afectaban al PP y evitar que otras prosperaran. Incluso llegaron a especular sobre el cambio de un mando policial muy cercano a ellos para que sustituyera al que investigaba sobre la Gürtel. 

Este asunto hace que nos plantemos cual frágiles pueden llegar a ser ciertos mecanismos de la justicia, el secreto de las investigaciones y hasta qué punto se actuó de manera limpia en este caso que hizo que el entonces presidente del Gobierno tuviera que declarar aunque de ‘manera diferida’. Tiene algo de razón Cospedal cuando dice que los intentos de su marido y Villarejo no cambiaron nada porque, a pesar de las conversaciones del comisario con su correveidile esposo, nada pudo parar el desenlace final: la moción de censura que echó del gobierno y de la política a Mariano Rajoy.

Pero lo que más pone los pelos de punta es que la que fuera entonces presidenta de Castilla-La Mancha mandara a su marido de recadero para manejar los entresijos del poder y la delgada línea entre lo legal y la corrupción, al tiempo que ella permanecía en un segundo plano.

Tras hacerse públicas estas conversaciones, Cospedal ha corrido a restarle importancia y ha afirmado mediante un comunicado que “no cambiaron nada” lo que sucedió y que todos los asuntos tratados estaban judicializados antes de que se produjeran. Y, basando su defensa en un ataque, añade que el objeto de esas filtraciones es "cubrir" el hecho de que miembros del Gobierno negaron hasta tres veces conocer al ex comisario, cuando eso no era así. 

Con estas afirmaciones, Cospedal se ha metido en un jardín ya que admite que Villarejo informó a su marido de investigaciones de corrupción que afectaban a su partido. ¿Será esta la caída definitiva de Cospedal? o ¿sabrá otra vez nadar y salvar la ropa como ya ha hecho en otras ocasiones?

elObservadorDCLM