Corruptos, corruptelas y corrupción en el PP

No es de extrañar en estos días que Pablo Casado no dé su opinión sobre las conversaciones de Villarejo con Cospedal, porque ya lo hizo este verano al afirmar que "la corrupción es nuestra seña de identidad". En concreto su afirmación fue muy clara: "La gente sabe perfectamente que cuando Susana Díaz habla de corrupción no tiene ninguna credibilidad. Que incluso cuando Felipe González viene a dar lecciones de corrupción tampoco tiene ninguna credibilidad, pero el Partido Popular si tiene que tener credibilidad para hablar de corrupción porque es nuestra seña de identidad".

A nadie pilla de sorpresa, por tanto, las palabras de María Dolores acordando incluso el "pago de los gastos" a la "cloaca andante" que es Villarejo mientras le recibía en una de las plantas del edificio de la calle Génova, "en obras", a la que no sube nadie más que "Mariano" y ella, cuando justo en ese momento "Mariano no está", y tras hacer entrar al comisario por el garaje para evitar miradas indiscretas.  

Las corruptelas populares están ya tan difundidas, que cuando Villarejo promete una "traca final" antes de que acabe el año, es muy probable que no sorprenda ya a los españoles que han escuchado desde las conversaciones privadas para "entorpecer" previsiblemente las investigaciones de Gürtel, hasta las supuestas confesiones de la "amante" del Jefe del Estado y rey de España. 

Lo difícil fue silenciar el nombre de "la jefa" ayer en el Debate sobre el Estado de la Región, a pesar de que los últimos cuatro años, han sido una letanía de agradecimientos de los diputados populares a la artífice de la situación. “Contigo empezó todo” le decía Núñez a Cospedal en su nombramiento como presidente del PP de Castilla-La Mancha, hoy protagonista a la sazón, de las noticias nacionales. Ahora ya no es presidenta de Castilla-La Mancha, ni ministra de Defensa, ahora solo es la diputada Cospedal, y pronto será “esa persona de la que usted me habla”, aunque su nombre sigue resonando como candidata al Parlamento Europeo o incluso al Ayuntamiento de Madrid, pero es que así es el PP de contradictorio. 

Aunque suene imposible, en el PP nunca hay nada fuera de lo posible y a pesar de las conversaciones privadas, hoy ya públicas, de la que era secretaria general con un personaje "oscuro", por definición, capaz de tener en ascuas a todo un país y en la cuerda floja a un gran número de políticos, esto solo viene a corroborar las palabras de su presidente, Pablo Casado: "El PP si tiene que tener credibilidad para hablar de corrupción, porque es nuestra seña de identidad" y desde luego que la tiene, por eso lo que la ciudadanía sigue sin entender es el silencio de Casado sobre el tema Cospedal. 

Paloma Moratilla