La soflama de la derecha: elevar la crispación

El caso del comisario Villarejo con López del Hierro y Cospedal y la posterior dimisión de todos sus cargos de la que fuera presidenta de Castilla-La Mancha y número dos el PP, es un episodio en diferido que viene a refrendar la absoluta necesidad de regenerar el gobierno de España como sucedió el 1 de junio con la moción de censura que supuso el posterior abandono de nuestra vida política de Rajoy, Sáenz de Santamaría y ahora también de Cospedal. 

Desde la derecha se lanzó pronto la estrategia para lograr la reconquista del poder, basada en la debilidad del nuevo gobierno y la supuesta entrega de Pedro Sánchez a los nacionalistas y Podemos, para conseguir cuanto antes su objetivo de convocar nuevas elecciones en las que podría recuperar el Gobierno un pacto PP-Ciudadanos. 

Todo apunta a que los nuevos dirigentes de la derecha, herederos directos o cómplices de aquel gobierno de la corrupción, trabajan desde el estómago de Aznar, ventrílocuo de sus marionetas que gesticulan en su teatrillo de títeres tratando de elevar lo más posible el tono de la crispación, inflamando con alarmismo cualquier episodio de enfrentamiento entre nacionalistas y nacionales. Para ello utilizan sin rubor medios de comunicación afines, titulares, tertulias de radio y soflamas políticas. Cada vez más analistas están poniendo al descubierto el peligro real de esa estrategia de PP, Ciudadanos y Vox que nos ofrecen cada día muchos síntomas de anhelar la escalada del enfrentamiento social, al tiempo que se presentan como los únicos defensores de España, de la Constitución, de la bandera, de las fuerzas armadas...Se trata, sin duda, de otra cara del populismo y del nacionalismo.

El presidente del PP de Castilla-La Mancha, heredero directo de Cospedal, Paco Núñez asegura en este sentido que “es una vergüenza que Page esté abrazando y aplaudiendo a Sánchez y poniendo en peligro la unidad de España”. Se trata de afirmaciones de argumentario político como asegurar que el presidente de Castilla-La Mancha haya pactado con “independentistas y filoetarras”.

Fuera del contexto estratégico en que se utilizan estas palabras para actuar sobre las conciencias de los ciudadanos y recuperar el poder, estas afirmaciones tienen tan poco rigor que rozan el esperpento: ¿de verdad Núñez piensa que Page “pone en peligro la unidad de España”? No es preciso recordar aquí las posiciones claras, reiteradas y rotundas de Page en apoyo a España, la Constitución, las fuerzas armadas, a la unidad y también su insistencia en no consentir ninguna cesión a las regiones nacionalistas que perjudiquen a otras como Castilla-La Mancha.

Están en su derecho de hacer de la política su sainete pero no se puede consentir que PP, Ciudadanos y otros ultras como Vox traten de incendiar lo más posible el enfrentamiento social en España para obtener beneficios particulares y más en un momento en que la tensión ha bajado de forma considerable en relación con la que vivimos durante los últimos meses del Gobierno de Mariano Rajoy.

elObservadorDCLM